4° domingo de Adviento

Alabemos a Dios, que puede hacerlos a ustedes firmes conforme al evangelio.

Romanos 16,25

La epístola nos invita a ser firmes conforme al evangelio, firmes en la fe en nuestro Señor Jesucristo como Dios de vida y esperanza. Fe en que si permanecemos junto a él no habrá imposibles. Fe en que al pedirle se nos dará, al llamar a la puerta esta se abrirá. Fe en que el agua se convertirá en vino, en que los enfermos sanarán. Fe en que el Espíritu Santo soplará por donde quiera y que la paz que tanto necesitamos se hará realidad. Fe en que ese mismo espíritu hará que seamos herramientas útiles en el anuncio del evangelio que invita al encuentro y comunión con el hermano que necesita y espera nuestro abrazo, nuestra sonrisa, nuestra ayuda, nuestro amor, nuestro compromiso.

El evangelio es Jesucristo, y estar firmes conforme al evangelio es la invitación a permanecer siempre junto a Él y a la perspectiva de su Reino. Estamos llamados a reafirmar nuestra fe y compromiso con él, y podemos mirar en nuestro interior y darnos cuenta de que hay tanto aún por hacer, hay tantas oportunidades que hemos desaprovechado para dar y ser testimonio del Dios de la vida. ¿Cómo poder logarlo? La misma epístola nos da la pista. Alabemos a Dios, que puede hacerlos a ustedes firmes conforme al evangelio. Es tiempo de ponernos en sus manos y de abrazar el evangelio. Y el sol saldrá e iluminará lo que antes era oscuridad.

Martín Olesen

Salmo 89,1-4.19-26; 2 Samuel 7,1-11.16; Romanos 16,25-27; Lucas 1,26-38

Agenda Evangélica: Salmo 102,13-14.16-18.20-23; Isaías 62,1-5; Lucas 1,26-38(39-56); Filipenses 4,4-7; (P) Génesis 18,1-2.9-15

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