Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios.

Lucas 6,12

Las narraciones evangélicas intentan describirnos no solo quién era Jesús sino cómo actuaba, cómo vivía y con quién “andaba” y compartía sus días. Muchas cosas son las que aprendemos a partir de los dichos de Jesús y muchas más a partir de sus hechos.

Jesús caminaba con mucha gente, pero decidió elegir a doce de esos seguidores para que sean sus compañeros de camino, los testigos más cercanos de todo lo que sucedería, sus apóstoles. Pero ¿Elegir sólo a 12? ¿Cuáles y por qué? No habrá sido una decisión fácil y tampoco un momento para ser tomado a la ligera. Elegir puede ser una tarea muy difícil, principalmente porque las elecciones tienen consecuencias no solo en el presente sino también en el futuro. Elegir es en realidad muy complicado. No habrá sido distinto para Jesús, porque antes de tomar la decisión optó por recluirse y orar, reflexionar antes de actuar, dedicar un tiempo para dialogar con Dios antes de dar ese paso tan decisivo, que marcaría un hito en su misión y en la historia de nuestra fe. No sabemos en qué consistió esa oración que duró toda una noche. No sabemos si pidió o si agradeció, pero ¡qué sabio de parte de Jesús! ¡Qué oportuna su actitud! ¡Qué ejemplo para quienes lo seguían en aquel entonces y para quienes lo seguimos hoy! Y nosotros, ¿imitamos esa actitud? ¿Cuántas veces oramos antes de tomar una decisión importante en nuestras vidas?

Quiera Dios que la oración sincera sea parte de nuestra fe y nuestro actuar cotidiano. Amén.

Karla Steilmann

Lucas 6,12-16

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print