La IERP presente en la Asamblea del CMI

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) está celebrando, entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre, su 11° asamblea en la ciudad de Karlsruhe, al sur de Alemania y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) se encuentra presente con una importante participación en varios espacios. El delegado oficial es el pastor presidente Leonardo Schindler; sin embargo, la presencia de la IERP se da también con aportes en la comunicación, los talleres y en el trabajo como voluntarios.

Además de la participación del pastor presidente, están presentes el pastor Eugenio Albrecht, que integra el equipo de comunicación; el pastor Norberto Rasch, con tareas relacionadas a la Red Ecuménica de Defensa de las Personas con Discapacidad (EDAN); el pastor Dr Daniel Beros, que fue invitado para realizar talleres de parte de la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET); la joven Angie Stahli, que fue seleccionada como steward (voluntaria) y la pastora Karla Steilmann, que actualmente se encuentra desarrollando su doctorado en Alemania.

 

De izquierda a derecha: Eugenio Albrecht, Norberto Rasch, Leonardo Schindler, Daniel Beros y Angie Stahli

La asamblea se desarrolla en un contexto marcado por la perplejidad, la ansiedad y cuestiones fundamentales sobre nuestra manera de habitar la tierra, dar sentido a nuestras vidas, vivir en la sociedad y asumir nuestra responsabilidad ante las generaciones futuras. Estas preocupaciones se han visto agravadas por la pandemia mundial de COVID-19 y sus consecuencias, la emergencia climática y las manifestaciones de racismo a escala mundial, que han puesto de relieve la desigualdad económica estructural, la discriminación de género y otras formas de injusticia en nuestras sociedades y nuestro mundo.

En este mundo fragmentado y fracturado, el tema de la Asamblea constituye una afirmación de fe de que el amor de Cristo transforma el mundo a través del poder dador de vida del Espíritu Santo. Oponiéndose a los poderes de la destrucción y el pecado, el tema de la Asamblea afirma que el Cristo compasivo, crucificado y resucitado está presente en el corazón de este mundo. Es un llamado radical a las iglesias a trabajar juntas incansablemente con personas de otras religiones y todas aquellas de buena voluntad por la paz justa y la reconciliación. Es un llamado a la unidad visible de la iglesia para que se convierta en un signo profético y un anticipo de la reconciliación de este mundo con Dios, así como de la unidad de la humanidad y toda la Creación.

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