IGUAZÚ / Argentina | IERPcomunica – Con un primer culto celebrado el domingo 16 de septiembre, la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), dio inició con los cultos y celebraciones regulares en la localidad de Puerto Iguazú, al norte de la Provincia de Misiones, uno de los puntos turísticos más visitados del país. La actividad comenzó a darse a partir del anhelo de varias personas. El primer encuentro fue celebrado en ocasión de un culto de «parcería» y se realizó luego de la dedicación de la capilla de «La Aripuca», un conocido complejo turístico muy visitado en la localidad. La liturgia estuvo a cargo del diácono Robén Mohr, flamante Ministro de la Congregación Evangélica de Puerto Esperanza, y contó con la asistencia de laicos y laicas, que participaron y colaboraron en diferentes espacios.
La persistente lluvia no pudo impedir que una nutrida cantidad de asistentes participen del primer culto en la capilla construida por la familia Waidelich en el complejo turístico que poseen en Iguazú y que es conocido mundialmente: «La Aripuca». Inicialmente se realizó una dedicación de la capilla, para luego realizar el culto de parcería, que se celebra en la fecha en todo el Distrito Misiones de la IERP, en conjunto con el Distrito de Halle, de la Iglesia Evangélica de Westfalia, en Alemania.
«Fue una celebración que pudo conjugar la profundidad de la temática de Justicia y Paz reflexionado en el culto de parcería, a lo que se sumó la emoción de las familias que tenían un anhelo prolongado de poder congregarse en la cada vez más creciente Ciudad de Iguazú, con la alegría aportada por los niños, donde además pudo vivirse un momento muy espiritual al compartirse el Sacramento de la Santa Cena», sintetizó el diácono Rubén Mohr, actualmente a cargo de las actividades pastorales de la Congregación Evangélica de Puerto Esperanza, órbita bajo la cual se encuentra desde ahora la flamante comunidad de Iguazú. Éste momento fue acompañado por la Presidenta de la Congregación, la señora Patricia Kennedy y el momento celebrativo a cargo del diácono Mohr y la participación de niños y adultos.
«Rogamos a Dios que permita crecer a ésta nueva comunidad celebrativa, dando testimonio de la fe y la gracia de nuestro Señor Jesucristo», indicaron desde la Congregación de Puerto Esperanza, deseando a la nueva comunidad mucha fortaleza y deseos de encontrar en Dios esperanza renovada para la vida cotidiana.
