Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados.

Lucas 7,35

Al leer este texto pienso: ¡Qué pena no poder detenernos, tomarnos un tiempo y contemplar tantas sabidurías regaladas por el Señor! Vivimos con un cronómetro incorporado y tanta sabiduría de la creación se nos pasa inadvertida.

Recuerdo de un libro que he leído, donde decía: “Hay senderos por todas partes. No se ve a nadie por la zona. La naturaleza era espléndida, rica y fragante. Algunas laderas estaban cubiertas de un verde intenso y de malezas que dejaban aparecer orquídeas salvajes.

Los cantos de toda clase de pájaros acompañaban mis caminatas. Ni bien coronaba una colina, gozaba de una vista diferente, el paisaje se renovaba y, en todo momento mi fascinación permanecía intacta. Aparte de aquella plenitud, viví una pequeña conmoción el día que descubrí durante mis largas caminatas, mi celular… ¡No tenía cobertura! Al principio aquello me enojaba e incluso me preocupaba, experimentaba esa ligera sensación de vínculo que se rompe, de manera que, en cada cima, sacaba el celular y lo tendía desesperadamente hacia el cielo como para recibir los mensajes del universo.

Primero tuve la impresión de estar aislado, separado del mundo, hasta que me di cuenta de que nunca había estado tan conectado conmigo. Lo que sentía era completamente nuevo, me sentía conectado a mí mismo, a mi cuerpo, a mis sentimientos, a mi interior, pero también para mi sorpresa, conectado a la tierra, a la vida animal y vegetal.” (Laurent Gounelle, Hoy haré del mundo un lugar mejor.)

Actuemos con sabiduría y contagiémosla. ¡Te deseo un feliz y bendecido día!

Marianna Würgler

Lucas 7,24-35

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