(Jesús) Dijo también: “lo que sale del hombre eso sí lo hace impuro.”

Marcos 7,20

Jesús con este texto tan polémico, derriba creencias y mandatos impuestos por el hombre sobre reglas de la alimentación y el ritual correcto previo a ello y dispara una frase simple, cargada de un fuerte significado “lo que sale del hombre eso sí lo hace impuro”.

Esto no quiere decir que no debamos cuidar nuestra alimentación, sino que habla de que muchas veces hacemos diferencias entre nosotros, sus hijos, por los alimentos que ingerimos y Jesús nos invita a enfocarnos más bien en todo lo que sale de nuestro ser. Podemos alimentarnos estrictamente bajo las normas de nuestra religión o creencia, pero si cada vez que hablamos pronunciamos palabras que juzgan, matan emocionalmente y discriminan, estamos lejos de agra-dar al Señor, pues lo que a Él realmente le importa es lo que hay en nuestra mente y en nuestro corazón y que se ve reflejado cada vez que nuestros labios pronuncian palabra alguna.

Cuando hablamos podemos ver lo que llevamos dentro y de qué estamos hechos. Muchas veces se considera una persona correcta por cumplir los mandatos al pie de la letra, pero cuando vemos sus gestos y acciones nos damos cuenta de que existe una contradicción entre lo que hace y lo que dice.

Hoy nos toca escucharnos a nosotros mismos, tomarnos un tiempo y con la mano en el corazón preguntarnos: ¿De qué hablo cuando hablo? ¿Cómo son las palabras que utilizo? ¿Qué cosas suelo decir diariamente?

Que el Señor guíe nuestros labios para que cada vez que pronunciamos palabras sean para construir. Amén.

Melisa Hilman

Marcos 7,17-23

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