Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de una asna…

Zacarías 9,9

Hermana y hermano: Un rey que viene en un burrito, ¿qué esperanza aporta a la promesa de ayer? ¿Quién seguirá a un rey montado en un burrito? Si ayer escuchamos con cierto entusiasmo la promesa, hoy volvemos a foja cero. Basta, que no nos siga nadie, nos arreglaremos solos.

El poder del mundo es lo que vemos y nos convence, queremos tener una cuota mínima de ese poder. Pero el profeta dice que ese rey humilde destruirá carros, caballos y arcos y traerá paz, es decir, la paz destruirá el poder del mundo.

Dos virtudes tiene ese rey: justo y humilde. Esas dos conductas éticas, morales se nos presentan cada día, en las más diversas situaciones, tenemos la oportunidad de actuar con justicia, ser justos; y al mismo tiempo ser humildes teniendo en cuenta que el verdaderamente justo y humilde es nuestro Rey.

Cuando otros perciban que vivimos en justicia y humildad, sin duda querrán seguirnos. Y eso lo logramos en la comunidad de fe, que nos fortalece, nos anima y nos perdona en nuestros yerros.
Vivamos en una comunidad que cultiva la justicia y la humildad como tributo al Rey que viene, que en realidad está cada día entre nosotros.

Señor: Líbranos de ser tentados por el maligno, que nos ofrece el poder del mundo, y guíanos por el camino del rey justo y humilde. Amén.

Atilio Hunzicker

Zacarías 9,9-12

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