Sufrimos y luchamos porque tenemos nuestra esperanza puesta en el Dios vivo, Salvador de todos los hombres, en especial de los creyentes.

1 Timoteo 4,10

Se repite cual disco rayado
Un niño llora el dolor de su estómago vacío Una niña clama por su amor vetado
Una mujer con pánico por las amenazas de su pareja La mesa con tres tarritos de mate cocido…

Se repite cual disco rayado
Las parejas añoran las comidas familiares Los hijos en el comedor de la escuela están,
La madre viaja horas para trabajar
un kilo de carne y un par de galletas traerá.

Se repite cual disco rayado
El bebé que lucha por cada bocado de aire, siete días de antibióticos debe tomar,
al padre le alcanza para tres,
los otros cuatro con ungüentos seguirá.

¡Ay de aquellos que fomentan estos discos!

(Sigue penando en otros discos rayados por un momento)

¡Pero, qué bueno es saber que
a los que sufren y luchan para vivir
los abraza la esperanza en el Dios de la Vida!

Cuando sufrimos y luchamos
con nosotros sufre y lucha el buen Dios.

Juan Pedro Schaad

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