El gobernador les preguntó otra vez: -¿A cuál de los dos quieren

ustedes que ponga en libertad?

Ellos dijeron: -¡A Barrabás!

Mateo 27,21

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Este texto cuenta que el pueblo podía elegir entre Jesús y Barrabás (un criminal). Entonces pensamos, es inentendible que la gente elija al preso, y no a alguien que curaba personas y era el mismo Dios en la tierra.

Pero, queridos hermanos y hermanas, ¿cuántas veces estamos en una situación similar a la del pueblo y hacemos lo mismo?

Cuando estamos en una discusión con alguna persona querida, y cada uno defiende su posición hasta incluso llegando a pelear feo por eso, evitamos elegir el camino del perdón. Incluso pasan años desde que ocurrió el desentendimiento con ese ser querido y ya deja de tener sentido la pelea, pero por orgullo no pedimos perdón.

El perdón y el amor van de la mano. Las personas que eligieron a Barrabás por envidia y codicia, si elegían el camino del amor, no habrían dudado, y optado por Jesús.

Los invito que hoy elijamos el amor y el perdón: si se sienten a gusto de hacerlo los exhorto a que llamen por teléfono a alguien con quien se hayan peleado o que no se ven hace mucho tiempo, y le pidan perdón, o incluso vayan a visitarlo para hablar. Pero no lo dejes para otro día, hazlo hoy; tal vez esa persona también está esperando ese pedido de perdón, pero no tiene la fortaleza espiritual para llamar.

Oremos: Todopoderoso Dios, sé que soy pecador y cometí muchas equivocaciones, pero quiero pedirte en esta oración que protejas, cuides a (nombre de la persona con quien estamos peleados), y me enseñes el camino del perdón para que pueda vivir en tu amor. Te agradezco por cada día que me regalas, y te pido que me des la bendición del perdón verdadero con mi hermana y mi hermano, amén.

Daniel Heil

Mateo 27,15-30

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