De modo que nosotros mismos hablamos de ustedes con satisfacción en las iglesias de Dios, por la fortaleza y la fe que ustedes muestran en medio de todas las persecuciones y aflicciones que sufren.
2 Tesalonicenses 1,4
En esta carta vemos un reconocimiento y una invitación a continuar trabajando y creyendo en el amor de Dios a pesar de todo. En aquellos días, la vida del creyente era difícil y ser seguidores de Cristo, tenía un precio alto que pagar, por ello en esta carta se encuentra un mensaje de fuerza y ánimo para continuar. Hoy nuestras vidas, también muchas veces están llenas de dificultades y pruebas muy duras que golpean nuestro andar.
Los problemas parecen que nos envuelven y nos sentimos solos y desanimados para continuar. Sin embargo a veces un mensaje, un saludo, un reencuentro, un abrazo, una palabra agradable, hace que una pequeña luz ilumine nuestro día gris. Cuántas veces después de ese instante que tenemos, nuestra carga se hace un poquito más ligera y nos permite continuar caminando, sabiendo que se debe seguir luchando, pero lo hacemos con el corazón alegre por ese momento vivido. Ojalá seamos iluminados con momentos así, pero también seamos esa luz que ilumine la vida de alguien en el día de hoy.
Tomemos un tiempo para enviar un lindo mensaje a alguna persona que hace mucho no vemos, saludemos a los que se cruzan en nuestro camino con una sonrisa, intentando no juzgar, porque muchas veces desconocemos las batallas y los pesares que sufre el otro, a veces en silencio.
Este último tiempo he escuchado mucho la frase del sólo por hoy y quiero invitar, a cada uno de nosotros a completar el sólo por hoy, con alguna acción o alguna promesa que podamos llevar adelante en nuestro día, es un ejercicio simple pero que nos invita a ponernos pequeñas metas diarias para lograr no sólo ser una mejor persona, sino también un buen cristiano.
Que Dios ilumine nuestra vida y nuestro corazón. Amén.
Melisa Hilman
2 Tesalonicenses 1,1-12
