Respuesta de FAIE a la convocatoria del Presidente Mauricio Macri

 

Parte de la Junta Directiva de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE). Foto: FAIE

BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – Luego de recibir la convocatoria del Presidente de la Nación Mauricio Macri para acordar sobre diez puntos de consenso, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) respondió agradeciendo la invitación y  señalando preocupaciones tales como la reforma laboral, así como las modificaciones de leyes por decreto, tal como viene ocurriendo y que perjudica a los más débiles. El punto más destacado fue el décimo, referido a la deuda con acreedores. En ese aspecto, desde FAIE recordaron la existencia de una deuda social con los sectores más postergados, siendo la primera de ella con más de la mitad de los niños y niñas que viven actualmente en situación de pobreza y vulnerabilidad, lo que consideraron «contra la ética evangélica». Desde FAIE destacaron que según el Evangelio, la economía no se centra en el dinero, sino en el ser humano y que la justicia de un país se puede observar en el modo cómo se trata a los habitantes más humildes.

La carta firmada por el Presidente del organismo, Pastor Néstor Míguez y el Secretario Anibal Vassalli, reconoce positivamente el hecho de haber sido incluidos en la convocatoria. «Las iglesias evangélicas hemos sido ignoradas muchas veces cuando se han hecho llamamientos similares, y no deja de ser auspicioso que de esta manera se reconozca la pluralidad y diversidad religiosa en nuestro país», dijeron. Del mismo modo, valoraron de manera positiva la búsqueda de consensos; sin embargo, puntualizaron que «esos consensos no pueden ocultar que hay una pluralidad de enfoques posibles, intereses en pugna, situaciones sociales y culturales diversas que deben reflejarse en la amplitud de tales acuerdos». En ese razonamiento, dejaron claro que insistir en que “hay un solo camino y es este”, no permite luego elaborar un diálogo más fecundo. En ese sentido, consideraron que «el primer punto de todo diálogo y consenso es establecer la agenda abierta de ese diálogo» y que nada de eso se vislumbra en los diez puntos esbozados en la carta.

En cuanto a la legislación laboral y el sistema previsional, señalaron que la cuestión es la orientación con la cual han de modificarse. «Las recientes modificaciones legales en nuestro país y otros… han significado un desconocimiento de derechos laborales (que también son derechos humanos) y un perjuicio tanto económico como en otras prestaciones para nuestros mayores. Entendemos que toda reforma debe revertir esto y apuntar a mejorar la situación de nuestros trabajadores y las personas mayores». Este análisis fue acompañado de la cita de 1 Timoteo 5, 18 y Levítico 19, 32 que recuerdan sobre la dignidad de los trabajadores y el deber de cuidar a los mayores. Del mismo modo, refirieron al respeto de leyes y contratos, que «desgraciadamente nuestro país conoce una lluvia de acusaciones cruzadas que revelan altos índices de corrupción, tanto en gobiernos anteriores como en el presente, que obligan a cuestionar la legitimidad de muchos de estos contratos, y las modificaciones de las leyes por decretos de conveniencia».

El aspecto más crítico de la carta al presidente Macri refiere al décimo punto que toca el aspecto del compromiso con los acreedores. Desde FAIE recalcaron que «hay una deuda social significativa para con sus sectores más postergados», recalcando que «nuestra primera deuda es con más de la mitad de los niños y niñas de nuestro país que viven en situación de pobreza y con necesidades básicas insatisfechas». «No se puede pagar una deuda financiera con el hambre de nuestros niños y niñas», alegando que «va contra toda ética evangélica, que por el contrario, reza por el perdón de las deudas y el camino de la gracia, tanto en lo espiritual como en lo económico», manifestaron. Este razonamiento fue respaldado por el texto de Deuteronomio 15:1-11.

Otros elementos fueron considerados «instrumentales y sobre las cuáles cabe diversidad de opiniones entre el pueblo evangélico». «Lo que sí podemos reafirmar, a la luz del Evangelio, es que toda economía debe centrarse, no en el dinero, sino en el ser humano, a quienes Dios ama y en quienes se encarnó en Jesús, el Cristo, y especialmente en los más débiles y vulnerables», recordando que tal como señala el Apóstol Pablo en Colosenses 3, 5 «la avaricia es idolatría» y «la justicia de una nación se ve en cómo trata a sus habitantes más humildes». Sobre ese aspecto, desde FAIE indicaron que el punto de partida es la acción de Dios mismo: «El Señor hace justicia a los agraviados, y da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos; abre los ojos a los ciegos; Dios levanta a los caídos y ama a los justos. El Señor guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna”, citaron textualmente el Salmo 116: 7-9. Cabe señalar que la Iglesia Evangélica del Río de la Plata forma parte de FAIE desde el surgimiento del organismo.

 

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DECLARACIÓN COMPLETA

Respuesta a la carta del Presidente de la Nación

Sr. Presidente de la Nación Argentina

Ing. Mauricio Macri

S_/_D:

De nuestra consideración:

Hemos recibido con fecha del 6 de mayo del corriente su carta con una invitación a acordar sobre ciertos puntos de consenso, mayormente referidos a cuestiones económicas.

En primer lugar, queremos reconocer positivamente el hecho de haber sido incluidos en esta convocatoria. Las iglesias evangélicas hemos sido ignoradas muchas veces cuando se han hecho llamamientos similares, y no deja de ser auspicioso que de esta manera se reconozca la pluralidad y diversidad religiosa en nuestro país. Es un camino que debemos seguir recorriendo hasta que se complete la plena libertad e igualdad religiosa.

También valoramos la búsqueda de consensos, puntos de partida comunes para la construcción de nuestro país. Sin embargo esos consensos no pueden ocultar que hay una pluralidad de enfoques posibles, intereses en pugna, situaciones sociales y culturales diversas que deben reflejarse en la amplitud de tales acuerdos. Insistir en que “hay un solo camino y es este” no permite luego elaborar un diálogo más fecundo. El primer punto de todo diálogo y consenso es establecer la agenda abierta de ese diálogo. No vemos esto reflejado en estos diez puntos.

Ya que se nos invita a expresarnos en torno de este posible acuerdo, aprovechamos para señalar nuestra posición, desde el Evangelio de Jesucristo, en torno de algunos de estos puntos, sin entrar en todos los detalles.

En cuanto a la legislación laboral y el sistema previsional, sin duda son perfectibles; la cuestión es la orientación con la cual han de modificarse. El Evangelio nos recuerda la dignidad de los trabajadores (1ª Timoteo 5:18) y el deber de cuidado de nuestros mayores (Levítico 19:32). Las recientes modificaciones legales en nuestro país y otros, por el contrario, han significado un desconocimiento de derechos laborales (que también son derechos humanos) y un perjuicio tanto económico como en otras prestaciones para nuestros mayores. Entendemos que toda reforma debe revertir esto y apuntar a mejorar la situación de nuestros trabajadores y las personas mayores.

En cuanto al respeto de leyes y contratos, por cierto que debe ser así. Pero desgraciadamente nuestro país conoce una lluvia de acusaciones cruzadas que revelan altos índices de corrupción, tanto en gobiernos anteriores como en el presente, que obligan a cuestionar la legitimidad de muchos de estos contratos, y las modificaciones de las leyes por decretos de conveniencia.

Otro punto significativo es el décimo, el compromiso con los acreedores. Cabe recordar que hay una deuda social significativa para con sus sectores más postergados. Nuestra primera deuda es con más de la mitad de los niños y niñas de nuestro país que viven en situación de pobreza y con necesidades básicas insatisfechas. No se puede pagar una deuda financiera con el hambre de nuestros niños y niñas: va contra toda ética evangélica, que por el contrario, reza por el “perdón de las deudas” y el camino de la gracia, tanto en lo espiritual como en lo económico (Deuteronomio 15:1-11).

Por lo demás, hay cuestiones técnicas o de política económica que son instrumentales y sobre las cuáles cabe diversidad de opiniones entre el pueblo evangélico. Lo que sí podemos reafirmar, a la luz del Evangelio, es que toda economía debe centrarse, no en el dinero (la avaricia es idolatría, nos recuerda el apóstol Pablo: Colosenses 3:5), sino en el ser humano, a quienes Dios ama y en quienes se encarnó en Jesús, el Cristo, y especialmente en los más débiles y vulnerables: la justicia de una nación se ve en cómo trata a los más humildes de sus habitantes. Para nuestra fe bíblica el punto de partida es la acción de Dios mismo:

“El Señor hace justicia a los agraviados, y da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos; abre los ojos a los ciegos; Dios levanta a los caídos y ama a los justos. El Señor guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna” (Salmo 116: 7-9).

Le saludamos atentamente

Por la Junta Directiva de FAIE

Anibal Vassalli – Secretario       Néstor Míguez – Presidente

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