Sin embargo, aunque ustedes estén tristes, su tristeza se convertirá en alegría.

Juan 16,20b

Mirando la realidad a nuestro alrededor, vemos mucha aflicción, empezando con la preocupación por el pan de cada día hasta las relaciones familiares y los problemas en las congregaciones. A donde miramos, hay mucho para cambiar. Pero tal y como están las cosas, estamos en peligro de resignar. Muchas veces uno quiere abandonar. Jesús lo sabe, por eso recuerda lo que ocurre en un parto. Cada uno sabe que en las contracciones se despierta una acumulada fuerza creativa. Esta fuerza se impone con inmensa energía. Esto genera increíbles dolores, pero con o por ellos nueva vida se abre paso. Lo mismo vale para muchas cosas en este mundo. Cosas nuevas se abren su camino con dolores. Si me doy cuenta de que todos los dolores que tengo que afrontar son transitorios, un pasaje angosto por el que tengo que pasar, entonces estoy más dispuesto a soportarlos. Si hasta mis propias aflicciones sirven para crear algo nuevo, entonces quizás pueden paralizarme, pero no me van a aniquilar. Lo que es dicho a los discípulos de entonces vale para nosotros y puede cambiar nuestra manera de vivir.

Wilhelm Arning
Juan 16,16-23a

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