… Los de Judá les preguntaron: “¿Por qué han venido a pelear contra nosotros?” Y ellos contestaron: “Hemos venido a capturar a Sansón, para que pague lo que nos ha hecho.”

Jueces 15,10

Durante muchos años ha habido una guerra entre los judíos y los filisteos, y el texto describe todas las crueldades de la guerra. Cuando una vez más uno va a la batalla contra el otro, se plantea la pregunta crucial: ¿Por qué? ¿Por qué estáis luchando contra nosotros?
Cuando los conflictos se prolongan mucho tiempo, suelen hacerlo: Al final, nadie sabe qué causó realmente el conflicto. Si siempre ha prevalecido el odio, la respuesta podría ser. ¿Por qué nos matamos entre nosotros y no convivimos pacíficamente? Ya nadie puede responder a eso. En el conflicto, en la guerra, surgen constantemente nuevas razones para seguir luchando. La venganza se convierte en la motivación decisiva: “Queremos hacerle lo mismo que nos hizo a nosotros”. En ese momento, la cuestión de por qué, quién empezó la guerra, y cómo terminarla, es completamente indiferente. En esos momentos, sólo se trata de devolver la violencia sufrida, de infligir el dolor sufrido al otro. El poder infinito de la venganza. Hay que romperla si queremos vivir juntos en paz.
Dios de la paz y la reconciliación, te pedimos que nos enseñes caminos de reconciliación, que nos guíes de la guerra a la paz, de la venganza a la reconciliación, del conflicto a la solidaridad. Amén.

Heike Koch

Jueces 15,1-16,3

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