Entonces, en aquel día, David comenzó a aclamar a Jehová por mano de Asaf y de sus hermanos: “Alabad a Jehová, invocad su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras. Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.”

1 Crónicas 16,7-9

Que la alabanza a Dios te dibuje sonrisas mientras cantas.
Y el Arca llegó a su lugar de destino. ¡A celebrar!
A recordar el Pacto, la alianza de Dios con su pueblo, y qué mejor que hacerlo con alegría y respeto, cantar, alabar, adorar, dar testimonio de lo que Dios hizo y hará. Con instrumentos, con la voz, con las palmas, con lo que tengas a mano, alaba, alegra tu corazón en la música, sé feliz como lo fueron aquel día aquellos que llevaron a su lugar el arca de la alianza.
¿Cuando celebras en comunidad, puedes sentir la alegría a flor de piel al cantar?
¿Te emocionan las letras de los himnos, canciones que compartís?
¿Hay alguna muy especial para ti? ¿Qué llena tu corazón y eriza tu piel al momento de entonarla o escucharla?
No te quedes con las ganas, cántala, deja que la música entre en tu corazón y el Espíritu Santo invada tu alma y sé una con él.
Y así entonces sentirás que la alianza de Dios también es hoy contigo, a través de Cristo.
Canta y déjate llevar, canta y obra, canta y ama a tu prójimo, canta y ayuda a levantar el ánimo de los caídos, canta y que otros se unan a tu canto, alaba a Dios y él será contigo.
Canta y sonríe.

Narciso Weiss

1 Crónicas 16,1-22

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