David, dispuso un lugar para el arca de Dios y le levantó una tienda de campaña. Luego dijo: “Sólo los levitas pueden transportar el arca de Dios, pues el Señor los eligió a ellos para este oficio y para que le sirvan por siempre.”

1 Crónicas 15,1-2

Que este día sea especial para ti.
Te invito a leer todo el texto antes enunciado, para que comprendas mejor lo que describe.
El arca de la alianza, símbolo de Dios y su pacto con las doce Tribus de Israel, descendientes de Abraham, había sido robada por los filisteos y ahora recuperada y traída a Jerusalén, designando a los levitas para la tarea de transportarla.
El Cronista que escribe el libro de Crónicas describe el hecho histórico, con algunas diferencias con respecto al libro de Samuel que también cuenta desde su perspectiva la misma situación.
Dos escritores, dos miradas, dos puntos de vista, dos formas de entender un mismo hecho, dos experiencias.
Nada diferente a lo que vivimos cada día, en tu vida personal, en la vida en comunidad, siempre hay percepciones distintas en ocasiones tantas como personas comparten el momento o la situación. Y allí está la riqueza de la comunidad, en la diferencia, en la libertad de poder pensar y describir aquello que se ha comprendido desde tu propia perspectiva.
Así es la fe también, particular y comunitaria, Cristo es para ti y para los demás.
Así como el Arca del Pacto fue llevada a la ciudad de Jerusalén con todo lo que ello significa. ¿Dónde llevarías vos tu pacto con Dios? Hiciste uno el día que te confirmaste, si te fue “robado” por la vida que cada vez pasa más rápido, ¿no te gustaría recuperarlo y llevarlo de nuevo a tu lugar de reunión con tus hermanos en la fe?
Piénsalo, ser comunidad tiene su bendición.
Buen tiempo.

Narciso Weiss

1 Crónicas 15,1-16.25-29

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