Incendios del sur argentino: «El hombre hizo desastre, pero Dios mandó la lluvia»

BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – El pastor Reiner Kalmbach, ministro de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, que actualmente reside en la localidad de El Bolsón, en el sur de la Argentina, relató de que manera el fuego provocó daños, así la dolorosa situación de las familias que perdieron todo a su paso. Según destacó, cuando inició todo, en menos de cuatro horas avanzó más de 25 km de largo y 15 km de ancho, quemando todo a su paso: 250 casas, animales, campos, talleres, complejos turísticos, cientos de vehículos. «No hubo tiempo para nada, familias enteras que perdieron absolutamente todo, en muchos casos por segunda vez porque ya en el 2011 se quedaron con lo puesto», relató. El incendió tuvo varios focos, duró más de cuatro días y fue sofocado luego de mucho esfuerzo y con la ayuda de la lluvia, «que Dios mandó», precisó. Están recibiendo donaciones de alimentos no perecederos, materiales de construcción y dinero, las mismas deben ser vehiculizadas a través de los cuarteles de bomberos de cada localidad en toda la Argentina.

Ya con el fuego bajo control, el pastor Reiner Kalmbach, que es un conocedor de la región en la que vive desde hace cerca de veinte años, indicó que «el hombre causó un desastre sin precedentes, al menos en la Comarca Andina«, sobre las cuales «hay muchas responsabilidades y responsables», Pero «Dios mandó una lluvia que ayudó a evitar algo peor», dijo. «No quiero ni imaginarme lo que podría haber pasado si no hubiera llovido», sintetizó. Además, con una mirada más amplia sobre la zona , describió que los incendios vienen sucediéndose todos los años y que no cuentan con equipamientos y con personas capacitadas para combatir este tipo de eventos. En lo referente a la responsabilidad , expresó que «como siempre circulan rumores, teorías y sospechas», pero «como Iglesia y cristianos y cristianas, deberíamos tener cuidado con las hipótesis». Sin embargo, «es nuestro compromiso ético denunciar la triste realidad: (casi) nadie habla de que no existe previsión».

Como siempre, ante la tragedia, la solidaridad no se hace esperar y en ese aspecto, Kalmbach describió que en el centro de El Hoyo pudo contar «más de 20 camiones cargados de donaciones esperando en fila, centenares de vehículos particulares, todos ofreciendo su ayuda». Sin embargo, alertó sobre una serie de cuentas bancarias que aparecieron para solicitar donaciones, por lo que pidió no realizar enviar dinero a cuentas particulares. Quienes desean ayudar, deben hacerlo a través de los cuarteles de bomberos de cada localidad, que se encargan de realizar los envíos directamente a la región. Asimismo, en caso de querer donar dinero, deben solicitar allí también el número de cuenta, ya que los Bomberos están centralizando toda la ayuda a nivel nacional. Se necesita ropa de invierno, especialmente para niños y bebés; todo tipo de herramientas para la construcción, materiales, cables de electricidad (para las casas) y alimentos no perecederos.

Cada año, cuando se acerca la época de calor y lluvias, la llamada “Comarca del 42”, que abarca las localidades de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén, sufre incendios de diferentes grados. El cambio climático se hace sentir cada vez más fuerte y un reflejo de ello es que de diez glaciares que en el año 1980 cubrían el cordón montañoso que forma el límite con Chile, queda una pequeña mancha del ultimo de los glaciares: el “Hielo Azul”. Hay incendios cada verano, pero gracias a la rápida intervención de los brigadistas y bomberos, se controlan rápidamente. Sin embargo, cada tanto se producen hechos de grandes magnitudes. En 2011 un incendio que comenzó en el patio de una escuela de Lago Puelo, llegó hasta la vecina localidad de El Hoyo, destruyendo 34 casas y más de 6000 ha de bosques nativos. En el 2015, el gigantesco incendio en Cholila que, luego de tres meses de combate y la pérdida de 35.000 ha del Parque Nacional de los Alerces, pudo ser controlado. Ya este año, la situación fue más compleja aún, iniciando en el mes de enero con un incendio causado por turistas que “olvidaron” de apagar el fuego después de haber
compartido un asado. El resultado fue 48 casas quemadas, talleres y plantaciones arrasados por el fuego. Situación a la que hay que sumar la de estos últimos días, cuyo desastre no tiene precedente para la región.

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