Lunes 22 de mayo

Allí está el mar, ancho y extenso, donde abundan incontables animales, grandes y pequeños.
Salmo 104,25
“Unter dem Meer…” (Bajo el mar) escucho cantar con felicidad a Sebastián el cangrejo de la película “Arielle die Meerjungfrau” (La Sirenita). En esta canción, él nos indica que hay incontables animales bajo el mar. Pero más interesante que la lista de criaturas marinas, me parece lo que Sebastián le dice a la Sirenita para convencerla de que se quede en el mar y que no quiera irse a vivir en la tierra: ¡El mundo humano está roto! ¡La vida allá arriba no es tan buena como la vida aquí abajo! El mar ofrece más que la tierra donde cada uno trabaja y suda.
Quizás en 1989 cuando salió esta película, el mundo todavía era otro o quizás todavía no se sabía tanto sobre lo que estaba pasando también bajo el mar como consecuencia de nuestro “mundo humano roto”. Porque lo primero que pensé leyendo el versículo bíblico era que por nuestra culpa, la incontable cantidad de animales está disminuyendo cada vez más. Mares llenos de basura plástica. Tortugas que mueren en redes de pesca. Delfines en peligro de extinción cazados y ofrecidos en los mercados de pescado. Este tipo de cosas y muchas más causan que al final el mar tampoco sea ese mundo perfecto como en la canción que nos canta Sebastián. Hoy en día, sabemos lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer. Tenemos que empezar ya a cuidar el mar, a nuestro medio ambiente, para que el versículo siga siendo realidad. Allí está el mar, ancho y extenso, donde abundan incontables animales, grandes y pequeños.
Annika Willinski

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