El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.

Lucas 6,43

Jesús siempre nos enseña a través de parábolas, dejándonos siempre una importante enseñanza. En esta parábola Jesús nos dice que los árboles son conocidos por sus frutos, cuáles dan frutos buenos y cuáles dan frutos malos.

Uno podría pensar que podemos llegar a conocer a otros por los frutos o consecuencias de sus acciones y palabras; que llegaríamos a ver en los demás los frutos buenos y malos quedándonos sólo con lo exterior. Pero Jesús añade al final: “Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.”

Dichas acciones y palabras nacen en el corazón de cada uno; por lo tanto debemos llenar nuestros corazones con amor y bondad para que nuestros frutos sean aquellos buenos frutos de los que nos habla Jesús. Para ello tendríamos que encontrar espacios en nuestras atareadas rutinas para poder contactarnos con Dios reforzando nuestra espiritualidad.

A través de Dios podremos lograr que en nuestros corazones abunde el bien como nos enseña Jesús. Pero ello debe verse reflejado en frutos concretos, y qué mejor que hacerlo en comunidad para que estos frutos buenos se multipliquen y, a su vez, llenen cada vez más corazones con amor y bondad.

Te pedimos, Dios, que en nuestros corazones abunde el bien para dar buenos frutos. Amén.

Guillermo Perrin

Lucas 6,43-46

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