El Presidente de la FLM, el Arzobispo Dr. Panti Filibus Musa y el Papa Francisco. Crédito de la foto: Vatican media
Los y las líderes de la FLM se reúnen con el Papa Francisco en el Vaticano y miran hacia el 500º aniversario de la Confesión de Augsburgo
(LWI) – Al reunirse con el Papa Francisco en el Vaticano el 25 de junio, tanto el Presidente de la Federación Luterana Mundial (FLM), el Arzobispo Dr. Panti Filibus Musa, como el Papa Francisco, expresaron la esperanza de que el 500º aniversario de la Confesión de Augsburgo, en 2030, pueda convertirse en un terreno común en el que se fortalezca el compromiso de luteranos y católicos con la unidad y la reconciliación.
Durante la audiencia papal, el Presidente de la FLM regaló al Papa Francisco un cáliz y una patena, elaborados para la ocasión por los hermanos de la comunidad ecuménica de Taizé. El esmalte de los vasos eucarísticos se hizo con arena extraída del campo de refugiados de Za’atari, Jordania, donde la FLM trabaja desde 2012 para apoyar a los refugiados sirios, a los desplazados internos y a las comunidades de acogida. Este regalo, dijo el presidente Musa al papa, «representa nuestra vocación de ser uno». En su discurso, el Papa agradeció a los líderes luteranos por los regalos que, dijo, «evocan nuestra participación en la pasión del Señor.» Y continuó: «Continuemos, pues, con pasión nuestro camino del conflicto a la comunión».
Aniversario de Augsburgo
El líder de la FLM encabeza una delegación de representantes de todas las regiones de la comunión mundial de iglesias en una visita de dos días a Roma. El viaje es la continuación de un importante hito en las relaciones ecuménicas en 2016, cuando el Papa Francisco se unió a los líderes luteranos en las ciudades suecas de Lund y Malmö para una conmemoración conjunta de la Reforma. En sus palabras al Papa, el arzobispo Musa dijo que el viaje es «irreversible» y que ahora impulsa a católicos y luteranos a mirar hacia la conmemoración de la Confesión de Augsburgo con la «esperanza de que volvamos a conectar con su intención ecuménica original.» La Confesión de Augsburgo es la principal confesión de fe de las iglesias luteranas de todo el mundo. Inicialmente, fue presentada como una confesión ecuménica en la Dieta de Augsburgo el 25 de junio de 1530 en un esfuerzo por restaurar la unidad religiosa y política dentro de la iglesia.
En su discurso, el Papa Francisco también señaló que la Confesión originalmente «representó un intento de evitar la amenaza de una división en la cristiandad occidental», diciendo que esperaba que la «reflexión compartida» en el período previo a 2030 «pueda beneficiar nuestro viaje ecuménico.» Al reflexionar sobre ese viaje, afirmó: «El ecumenismo no es un ejercicio de diplomacia eclesial, sino un camino de gracia. No depende de negociaciones y acuerdos humanos, sino de la gracia de Dios, que purifica las memorias y los corazones, supera las actitudes de inflexibilidad y orienta hacia una comunión renovada: no hacia acuerdos reductores o formas de sincretismo irenista, sino hacia una unidad reconciliada en medio de las diferencias».
Sanar los recuerdos difíciles
En su discurso ante el Papa Francisco, el líder de la FLM señaló que 2021 también marca uno de los «recuerdos difíciles» del pasado: el 500º aniversario de la excomunión de Martín Lutero por el Papa León X. Subrayando que no es posible contar una historia diferente, sino contar esa historia de manera diferente, Musa dijo que la participación del Papa en la Oración Común en Lund era «un poderoso símbolo de lo que Dios ha logrado» en el camino hacia la reconciliación y el reconocimiento mutuo «como hermanas y hermanos.» Un grupo de estudio de teólogos católicos y luteranos está investigando el contexto histórico y teológico de la excomunión en preparación de la Asamblea de la FLM en Cracovia, Polonia, en 2023.
El arzobispo agradeció al Papa Francisco su fuerte liderazgo durante la pandemia del COVID-19, «recordándonos nuestro profundo vínculo como familia humana.» También destacó el fortalecimiento de la cooperación al que se comprometen durante esta visita el Servicio Mundial de la FLM y la red católica de agencias de ayuda y desarrollo Caritas Internationalis. El presidente de la FLM también presentó al Papa una traducción al italiano de la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación (DCDJ), firmada por católicos y luteranos en Augsburgo, Alemania, en 1999. El presidente Musa la describió como el documento «piedra angular» que ahora «reúne a católicos, luteranos, metodistas, anglicanos y [iglesias] reformadas en la proclamación y el servicio conjuntos». «Con la oración (Taizé), el servicio (Za’atari) y el diálogo», concluyó Musa, «que el Espíritu Santo siga guiándonos para que nos reunamos un día en la mesa donde Dios, por el don de Cristo, nos ha hecho ya uno».
Fuente: FLM/P. Hitchen (Traducción Red de Comunicaciones – LAC)