Culto completo del 29 de marzo de 2020

BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – En vistas a la cuarentena total que afecta a los tres países que componen la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), este domingo se realizó un culto central desde Buenos Aires. En esta oportunidad estuvo a cargo de la Pastora Sonia Skupch, Secretaria General de la IERP y fue acompañado desde diferentes puntos de la IERP y del mundo a través del canal de YouTube de la iglesia.

 

Juan 11: 3-7. 17. 20-27. 33-45

La Gracia y la Paz de Dios sea con cada uno, cada una de ustedes, amén.

Tenemos hoy como lectura para este domingo una historia dramática que de alguna manera nos va ubicando ya claramente en el camino de la Pascua. Es una historia en donde se conjugan los elementos de la vida y la muerte, la amistad de Jesús con estos tres hermanos María, Marta y Lázaro, la angustia de la enfermedad, el dolor de la muerte, la alegría y también el desconcierto que provoca la resurrección de Lázaro. La historia es interpretada por el evangelista Juan como un suceso necesario para demostrar la gloria de Dios y el poder de Dios aún sobre la enfermedad y la muerte. De alguna manera, nos anuncia también que es lo que sucederá con el mismo Jesús quien también pasará por el dolor, la muerte y finalmente la Resurrección.

Queridas hermanas y queridos hermanos: estamos viviendo un tiempo muy desconcertante, de hecho, la sola realidad de que ustedes ahora no puedan estar en el culto sino estén viendo esta filmación, significa que estamos en un tiempo extraordinaria, no previsto, absolutamente distinto a lo que estamos acostumbrados a vivir.

De pronto, de un día al otro, nuestra vida cotidiana cambió, toda nuestra vida social se vio afectada, la posibilidad de encontrarnos, de compartir en forma presencial con otros y otras, el contacto físico, las demostraciones de afecto, las dinámicas laborales… es por un tiempo… lo sabemos… pero igual nos afecta. A su vez también nos invaden preguntas y temores: ¿Será que yo o uno de mis seres queridos quedará infectado con el coronavirus? ¿Estamos tomando realmente los recaudos necesarios? ¿Servirá todo lo que hacemos como sociedad? ¿Cómo vamos a seguir? ¿Qué pasa con nuestro trabajo, nuestros ingresos económicos, que pasa con la escuela, los niños…? Tantas preguntas…

Toda la historia de la resurrección de Lázaro es una historia del triunfo de la vida sobre la muerte. Recordemos que estamos en este tiempo de Cuaresma. Como decía recién, nos estamos acercando a la Pascua y estamos camino hacia Jerusalén, el lugar de la crucifixión de Jesús, pero también de su gloriosa resurrección.

Recuerdo a un profesor en la facultad de teología que decía que nosotros los cristianos y cristianas miramos la realidad que vivimos a través de los lentes de la resurrección. Cuando nosotros miramos a través de anteojos vemos la realidad filtrada a través de ese lente. Generalmente el lente permite que podamos ver mejor. También sucede esto con los lentes de sol, vemos la realidad teñida de una determinada tonalidad que es la de los lentes que usamos.

Cuando miramos la realidad que nos toca vivir a través de los lentes de la Resurrección entonces vemos a través de la fe en Cristo y eso permite que aquello que miramos lo veamos con esperanza y la confianza puesta en el Señor de la vida, aquel que se conmovió y lloró frente al dolor de la muerte, aquel que resucitó a Lázaro de los muertos.

Queridas hermanas, queridos hermanos: en este domingo, sea cual fuese la realidad personal de cada uno de ustedes y frente a esta realidad tan desconcertante y angustiante que es la propagación de los contagios del Coronavirus, esta medida extrema de la cuarentena que estamos viviendo y de tantas familias que lloran la pérdida de un ser querido por este virus, los y las invito a mirar estas realidades, aún las más difíciles, con ojos de esperanza, con ojos de fe, con ojos de confianza.

Y déjenme decirles, ¡Vendrán de nuevo! Vendrán de nuevo las reuniones con la familia, las fiestas, vendrán de nuevo los cumpleaños, las mesas largas para el asado, los mates en la costanera y la plaza, las charlas con amigos, vendrán de nuevo los cultos con iglesia llena y de pronto nos vamos a dar cuenta que ir al culto es un privilegio y lo disfrutamos y aprovechamos y damos gracias por la posibilidad de vivir nuestra fe en comunidad, que en este tiempo toma caras y rostros distintos a los habituales.

Que Dios bendiga a cada uno y cada una de Ustedes. Cuídense a ustedes y cuiden a los demás. Amén.

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