Examinadlo todo; retened lo bueno.

1 Tesalonicenses 5,21

Una madre aconsejaba a sus hijos diciéndoles que, detrás de todo lo que oyesen, colocaran un gran signo de interrogación. Por supuesto, este signo no estaría visible para los demás. Pero ella quería que ellos aprendieran a examinarlo todo: ¿será ver-dad? ¿Será cierto lo escuchado, lo leído? ¿Será posible? Eso les ayudaría, según ella, a no difundir falsedades ni mentiras, pero tam-bién les ayudaría a aprender a retener lo bueno. Y retener lo bueno y ponerlo en práctica, haría de ellos personas mejores.

Hoy día, con la tecnología tan avanzada, y con el aceleramiento que vivimos, muchas veces nos es difícil quedarnos a examinar, pensar, si lo que vemos, leemos, escuchamos, es cierto y bueno. Esto también puede llevarnos a cometer errores e incluso injusti-cias.

Hoy es el tercer domingo de Adviento, este tiempo de espera, en el que nos preparamos para recibir al Redentor, y el apóstol Pablo nos lanza esta invitación: que sometamos todo a prueba, a juicio, que retengamos lo bueno y desechemos lo malo, aquello que no es bueno para nosotros y que podría poner en peligro nuestra sal-vación. En otro párrafo también nos invita a estar siempre alegres, que no dejemos de orar y seamos agradecidos.

Señor, ayúdanos a analizarlo y examinarlo todo, y retener lo bue-no, lo cierto, lo verdadero, para que también seamos agradecidos por la salvación que tu Hijo nos viene a traer.

Luisa Krug

Salmo 126 o Lucas 1,47-55; Isaías 61,1-4.8-11; 1 Tesalonicenses 5,16-24; Juan 1,6-8.19-28 Agenda Evangélica: Salmo 85,2-8; Isaías 40,1-11; 1 Corintios 4,1-5; (P) Lucas 1,67-7

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