5° domingo de Cuaresma (Judica)

Si alguno me sirve, sígame; donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.

Juan 12,26 (RVC)

Seguir a Jesús es el deseo y el objetivo de todo cristiano. Es la invitación que Cristo les hace a sus discípulos y también a nosotros hoy. Jesús nos habla de servirle, de ser sus servidores. Servir a Jesús es dar amor: un abrigo, un plato de comida, una palabra de consuelo donde haga falta, aliviar la angustia de alguien, difundir su mensaje para una vida plena. No tiene que ver con cuánto ganamos, cuánto capital poseemos o qué duro podemos trabajar. De muchas formas podemos servirle a Jesús, cada uno con sus dones y sus capacidades.

En nuestra condición de seres humanos es muy lógico esperar algo a cambio. Pero Jesús no promete retribución, por lo menos no como solemos esperar: una ganancia material, reconocimiento, fama. Lo que Jesús promete es la honra de Dios. Él sabe lo que hay en nuestros corazones y reconoce nuestro mérito, sabe de nuestros esfuerzos y dedicación. Nos acepta y ama como somos. Al mismo tiempo es lo que nos moviliza: reconocerlo como Señor de nuestras vidas, vivir el amor siguiendo el ejemplo de Jesús.

Encontré esta canción, y me gustó tanto su letra que me propuse aprenderla. Estas dos estrofas me parecieron especiales, ¿les gustan?:

Hoy les queremos servir, hoy les queremos amar; somos iguales, Jesús, en ti. Nos capacita el amor, humildemente a servir; hemos así de vivir en ti. (Canto y Fe N° 299)

Beatriz Mónica Gunzelmann

Salmo 51,1-13; Jeremías 31,31-34; Hebreos 5,5-10; Juan 12,20-33

Agenda Evangélica: Salmo 43; Génesis 22,1-14(15-19); Hebreos 5,(1-6)7-9(10); Marcos 10,35-45; Job 19,19-27

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print