3º domingo de Cuaresma, Oculi

El viñador le dijo: ‘Señor, déjala todavía un año más, hasta que yo le afloje la tierra y la abone.

Lucas 13,8

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La viña y un campo con higueras eran imágenes conocidas para el pueblo de Israel pues formaban parte de su día a día. También el cuidado de una vid o de una higuera era una imagen muchas veces utilizada por los profetas para hablar de la relación entre Dios y su pueblo: ese Dios que con cuidado y esmero da lo mejor a la vid o a la higuera para que ésta dé buenos frutos, vid / higuera que no siempre responde bien a esos cuidados y esmeros.

¿Paciencia? ¿Esperar, respetar tiempos? ¿Aflojar la tierra y abonar, trabajar? ¡Estas actitudes y acciones están muy lejos de nuestra realidad!

Vivimos en tiempos en que todo tiene que ser ahora, ya: verduras de un día para otro; árboles que den frutos en pocos meses; granos en abundancia y lo más rápido posible… Y si algo no produce y no me beneficia, no sirve, hay que desecharlo; sean plantas, animales, personas, el propio Dios…

En el texto de hoy, el dueño del campo, perdió la paciencia: si la higuera no da frutos, hay que cortarla; no cumple con su misión, y además está inutilizando tierra que podría ocuparse con un árbol pro-ductivo. Pero el viñador, lo invita a esperar un poco, tal vez no habían hecho todo lo necesario para que diera frutos, “dele una posibilidad más a esta higuera”.

Será cuestión de creer, de confiar en el otro, de dejarse sorprender por lo que pueda suceder. Dios hace tiempo que pudo habernos desechado, sin embargo siempre elige amar, ser paciente, apuesta por la vida…

Mónica Hillmann

Salmo 103,1-4.6-8.11, Éxodo 3,1-15; 1 Corintios 10,1-12; Lucas 13,1-9; Agenda Evangélica: Efesios 5,1–8a

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