5o domingo después de Epifanía, 5o en el año
Ustedes son la sal del mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro
que no pueda esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón antes bien se lo pone en alto para que alumbre para todos los que están en casa.
Mateo 5,14-15
Jesús nos llama la atención a que seamos luz, y al final del versículo 15 nos dice que alumbre para todos los que están en casa. A veces pretendemos generalizar y ampliar tanto la función de ser luz en el mundo por parte de los cristianos que se pierde en generalidades.
La palabra casa se define como un lugar en donde ser luz. Casa significa el mundo (en griego oikos) o el lugar en donde se encontraba la familia.
El texto nos llama a ser luz, guía, orientación, dirección, dar claridad, si tomamos en serio estos elementos los debemos practicar en nuestras casas. Para ser luz necesitamos tener valores, principios, debemos tener fe, esperanza, y amor a Dios. Ser luz es enseñar, es poner en gestos y palabras los valores de Jesús en nuestra casa.
Podemos y debemos ser capaces de ser guías, orientación y dirección para nuestros hijos. Si conseguimos educar a nuestros hijos e hijas en ser personas con valores de bien, valores de luz y que lo demuestren valorando la vida, siendo personas solidarias, y que conocen las enseñanzas de nuestro Dios.
Que Dios nos ayude a ser luz en nuestras familias, en nuestras casas, una vez iluminado nuestro hogar podamos ser luz en el mundo, nuestra casa mayor, siempre en unión con la luz mayor, la luz de Cristo. Oremos: Dios, permite que nuestra luz ilumine en nuestra casa, en valores, en orientación y en dirección, danos para ello la sabiduría y el
entendimiento necesario. Amén.
Arturo Heil
Salmo 112,1-9 [10]; Isaías 58,1-9a [9b-12]; 1 Corintios 2,1-12 [13-16]; Mateo 5,13-20
Agenda Evangélica: Salmo 31,20-25; Jeremías 9,22-23; Filipenses 2,12-13;
(P) Mateo 20,1-16
