“Pues iré contigo” —respondió Débora—. “Sólo que la gloria de esta campaña que vas a emprender no será para ti, porque el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer.”

Jueces 4,9

Pocos días antes de sentarme a escribir este mensaje, celebramos el día de la mujer, por lo que es una alegría reflexionar sobre este pasaje bíblico tan lindo en donde es ella la protagonista.
Si leemos un poco más el libro de Jueces nos encontramos con un ejército que depende de la mujer para asegurar su victoria. Si bien hay muchos textos en el Antiguo Testamento en donde la mujer es instrumento del obrar de Dios, aquí queda muy claro, no solo es Débora la protagonista, sino también Jael, quién cumple la profecía. Dos mujeres que hicieron historia; dos mujeres cuyos nombres serán recordados por siempre.
Pero, ¿cuántos nombres han sido omitidos o borrados de la historia? ¿Cuántos testimonios de mujeres fueron ocultados, como parte del miedo machista?
En medio de un contexto sumamente patriarcal, producto de la época en que se encuentra este relato, una mujer levanta su voz para decir: “Sólo que la gloria de esta campaña que vas a emprender no será para ti, porque el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer.” Valiente Débora, que te animaste a reclamar tu tan merecido lugar; valiente Débora, en tus palabras está la voz de tantas mujeres que han sido silenciada en la historia.
Queridas hermanas, queridos hermanos, que el testimonio de Débora sea fuente de inspiración para que más mujeres se animen a dar testimonio del obrar de Dios es sus vidas y en la vida de los demás.
Mujeres con fe cambiando las cosas, caminos de ayer que hoy nos convocan. (Himnario IERP Paraguay N° 303).

Raúl Müller

Jueces 4,1-24

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print