El saber que ustedes están firmes en el Señor, nos reaviva.

1 Tesalonicenses3,8

Hace unos años, viajé a un país extranjero de vacaciones, tenía en mente escribir mis Lecturas Diarias con otra mirada… Me hospedé en un hotel, de una red de hoteles, me sorprendió la alegría y la amabilidad con que atendía el personal allí… Ellos manifestaron no conocer al dueño del hotel pero si a Dios, quien les daba el trabajo y la dicha de ser felices… Su sueldo era magro, las propinas les ayudaban… Venían de lejos y cada tres meses volvían a sus hogares con su familia… Reflejaban una alegría admirable, eran serenos y cálidos en la atención…

Sorprendida, cada día hablaba con uno de ellos y les agradecía por esa atención tan linda. Ellos agradecían a Dios por lo que les daba.
Tuve una lección de fe de esos hermanos que estando lejos de sus hogares, desempeñaban su labor con alegría… Su relación con Dios era el motor de todo, hoy merecen mi testimonio, pues en muchos de ellos percibía la presencia de Dios.

No solo la naturaleza me atrajo con sus bellas flores y el paisaje de ese lugar, sino la fe de esas personas humildes que en medio de circunstancias adversas, brillaban con sus testimonios.

Dios está junto a cada creyente que desea estar con Él, aun invisible como el viento o la corriente eléctrica, no pasa desapercibido en el lugar donde Él está.

Si Dios está en ti, se manifestará a otros también, tu vida reflejará paz y alegría… tu hogar será el lugar donde se forja la relación profunda con Dios, donde tu familia perciba Su presencia y les sea grato estar.

Amalia Elsasser

1 Tesalonicenses 3,1-13

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