Hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen a todo el pueblo santo.

Colosenses 1,4

¡Qué lindo es comenzar nuestro día teniendo una buena noticia! En cierta forma nos hemos desacostumbrado a las buenas noticias. Los medios de comunicación nos invaden informándonos de las catástrofes, muertes, robos, despido, corrupción… En ocasiones hemos naturalizado esta invasión negativa, lo triste, lo injusto, lo malo y, si es posible, buscando un alto impacto, muchas veces nos atrae más, nos alimentamos de estas situaciones.

Las palabras del apóstol nos invitan a alegrarnos de buenas noticias; también siempre, y vuelvo a decir, siempre… algo bueno está pasando. ¿En qué centramos nuestra atención?

¡Qué interesante es lograr recuperar el poder compartir también éstas! Qué necesario es poder nutrirnos, alimentarnos, acompañarnos y ¡alegrarnos! por la fe que otros tienen, una fe arraigada en aquel que es Cristo. Poder dedicarle la atención necesaria a valorar también lo bueno, enterarnos y alegrarnos.

El apóstol resalta el amor de estos hermanos: es el ágape, y esto tiene que ver con la ocupación por el bienestar de otra persona; es el amor de dar, de dedicarse a quien está en necesidad. Amor que requiere actuar “a favor de”, amor comprometido.

Jesús nos enseña a alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, dar la bienvenida al extraño, vestir al desnudo y visitar al enfermo y encarcelado. De estas diferentes manifestaciones de amor se alegra el apóstol con la comunidad de Colosas.

Que a la luz de la Palabra reanimemos nuestro amor comprometido, la fe y el deseo de alegrarnos en este día a día, con la certeza de que hoy también Jesús nos sigue acompañando.

Señor, ayúdanos a construir vida desde el amor que restaura, edifica y le da sentido a nuestra fe. Amén.

Marisa Hunzicker

Colosenses 1,1-8

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