Así también sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles para separar a los malos de los buenos.

Mateo 13,49

Para ir arriesgando una lectura o interpretación, podemos decir que el reino de Dios es el ámbito donde la presencia divina en el mundo ocupa un espacio decisivo en detrimento de lo vetusto o malo, y donde debemos hacer una elección desde la medida del Evangelio que el Hijo de Dios nos acerca. Y todo ello, desprendidos de actitudes viciadas de hermosos adornos verbales y metodologías de comunicación que a veces se tragan el verdadero sentido y mensaje de vida que le es propio.

Por ello, como discípulos o alumnos de Jesucristo, tomados de en medio del mundo y enviados a él, debemos ir tomando una posición superadora optando siempre por la novedad de vida propia del Evangelio y su valor de transformación para el mundo. A saber: lo viejo pasó, todo es hecho nuevo.

Así debe ser en el ministerio cristiano, en el cual como hijos de Dios tenemos la difícil tarea de elegir entre los cúmulos religiosos, para quedarnos con lo genuino y bueno del amor de Dios, y desde él poder discernir cuánto define y construye los valores de vida agradables a Dios cada día y eternamente, de lo que no es. Una labor casi de ángeles, ¿Cómo tú y yo?

Ernesto Weiss

Mateo 13,47-52

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