Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: Tú lo dices.

Lucas 23,3

En el mismo escenario que el anterior, Jesús está frente a Pilato. Ya no ante un planteo teológico, sino político. Pilato interpela a Jesús, no buscando su condena, sino saciando su propia curiosidad de saber por qué lo quieren condenar los sacerdotes del templo. Una vez más ellos se han valido de la mentira, (Jesús nunca había dicho que era el Rey de los judíos) para ponerlo frente al poder político de Roma en la figura de Pilato y que fuera condenado a muerte por sedición. Al igual que los sacerdotes que terminan siendo interpelados por Jesús, a Pilato le sucede lo mismo. Jesús en su respuesta le hace ver que el poder no lo tiene él, sino quienes lo controlan y lo manipulan. Aun en este tiempo, se es testigo de que la justicia, o mejor dicho, los que debieran impartir justicia, son parciales y se doblegan ante poderes, especialmente económicos. Pilato queda expuesto ante Jesús en sus miserias humanas e intereses personales. Todo aquel que se vale de la mentira y la injusticia queda al desnudo frente a Jesús, quien nos enseña en su Evangelio que la verdad siempre nos hará libres y que el amor por esa verdad nos llevará por un camino de justicia y hermandad, aunque el testimonio de Cristo se anuncie en un mundo que está en agonía de todo ello.

Todos juntos celebramos la promesa del Señor, todos juntos construimos la liberación. (Canto y Fe Nº 349)

Jorge Buschiazzo

Lucas 23,1-12

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print