Derramaré un espíritu de gracia y de oración

Zacarías 12,10

“…de gracia” – Por bondad, por misericordia de Dios hacia la humanidad. Como don, como regalo, porque Dios nos ama, porque así lo quiso Dios. Nosotros no hacemos nada en esto: es algo que viene sin que lo merezcamos, no es un premio que obtenemos luego de una larga carrera o una dura lucha… Está ahí, al alcance de todos. Para liberar, para curar, para desafiar, para bendecir… Sólo hay que aceptarla, confiarnos a ella, dejarnos transformar.

De boca y corazón load al Dios del cielo, pues nos dio bendición, salud, paz y consuelo. Tan sólo a su bondad debemos nuestro ser, su santa voluntad nos guía por doquier. (Canto y Fe N°196)

“de oración” – No quedamos indiferentes al regalo de Dios. No somos nosotros el centro, sino Dios; y Dios está en el rostro del otro. El otro que está alegre y nos contagia su alegría, y damos gracias a Dios por ello. El otro que está triste y lo abrazamos, y pedimos a Dios que le dé fuerzas para continuar. El otro que necesita ser escuchado, que necesita sentirse querido, que necesita una mano; que nosotros tratamos de ayudar, y que lo encomendamos al cuidado y protección de Dios.

La gracia de Dios que aceptamos y buscamos vivir nos compromete a pensar en el otro con gratitud, pues alguien pensó primero en nosotros…

Queremos que nos enseñes a aceptar tu ofrecimiento de ser luz en nuestro mundo, para que alumbre tu reino de vida nueva… Hoy es el tiempo preciso, vamos alegres contigo, no quedamos atrapados lucharemos por la vida en esta tierra. (Canto y Fe N° 280)

Mónica Hillmann

Zacarías 12,9–13,1

 

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print