Y añadió: “El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.”

Lucas 6,5

El día de reposo siempre fue el sello distintivo del pueblo hebreo. Es sumamente interesante notar en los diez mandamientos el por qué. Acorde a Éxodo 20,8-11, el pueblo debe respetar el sábado porque Dios, en la creación del mundo, descansó en el séptimo día. En cambio, en Deuteronomio 5,12-15, se recuerda la gran esclavitud y liberación de Egipto.

El día de reposo para los primeros cristianos siempre fue el domingo. En las clases de confirmación siempre estudiamos el por qué. Porque Jesús resucitó el primer día de la semana. Aquí Jesús hace una gran afirmación, Él es el Señor del día de reposo. Jesús pone el tema en una sana perspectiva: la de la libertad. La libertad que mostró Jesús respecto al sábado es la misma libertad que tuvieron los primeros cristianos. ¿Por qué? Porque lo importante ahora es nuestra relación con Jesucristo: todo lo demás debe quedar sujeto a su Señorío. El día de reposo es parte de esta libertad. Es por eso, claro está, que el mandamiento sobre el día de reposo es el único mandamiento que nunca es citado en el Nuevo Testamento.

Recordemos, eso sí, que cuando comenzamos a discutir por el día de reposo y el sábado, la crítica, el juzgamiento y la murmuración ¡son claramente condenadas en la Biblia!

Por tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o sábados. Todo esto no es más que la sombra de lo que ha de venir, pero la verdadera realidad es Cristo. (Colosenses 2,16-17)

Sergio A. Schmidt

Lucas 6,1-5

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