¿Pueden los caballos trepar por las peñas? ¿Acaso se puede arar en el mar? ¡Pues ustedes han convertido la justicia en veneno y el fruto de la justicia en amargura!

Amos 6,12

En nuestros días el sentido de justicia está muy menospreciado y muchos directamente no creen en ella. Otros, por otro lado, se sienten tan impunes que con su gran soberbia creen que pueden manipularla.

La justicia últimamente se parece a un gran show de los que actúan en la televisión, donde unos ofenden a otros sin medir las consecuencias.

La justicia humana en varias oportunidades es como dice el principio del texto, caballos que no pueden trepar peñas, ni se puede arar en el mar. Tanto esperar en muchas ocasiones que se haga justicia, que sobreviene el desaliento, y la justicia se vuelve amarga.

Dios nos pide que tomemos conciencia en nuestros actos diarios, seamos justos con nuestros prójimos y veamos más allá de nuestro entorno. ¡Cuánta injusticia existe alrededor nuestro, cuando vemos personas revolver la basura, para poder sobrevivir! ¿Por qué se nos volvió algo tan cotidiano ver esto? ¿Nos volvimos insensibles?
Muchas veces renegamos porque rompen las bolsas y dejan todo tirado.

Pidamos a nuestro Creador: Dios de la justicia, ayúdanos a erradicar las causas de la injusticia que amenazan la dignidad humana. Dios de amor, justicia y servicio, ayúdanos a ser semillas de cambio, instrumentos de tu voluntad cuando establezcas tu reino de Shalom. Amén.

Ingrid Mai

Amós 6,1-14

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