Y Gedeón le dijo a Dios: “Si de veras me vas a usar para salvar a Israel, como tú mismo has dicho, voy a poner el cuero lanudo de una oveja en el lugar donde se trilla el trigo. Si por la mañana la lana está mojada de rocío, pero la tierra está seca, sabré que de veras vas a usarme para salvar a Israel, como tú mismo has dicho.

Jueces 6,36-37

Gedeón fue un hombre valiente y esforzado, que nació en una época donde los madianitas (un antiguo pueblo de comerciantes nómadas, originario de Canaán) oprimían al pueblo de Israel, llegando y devastando todos sus cultivos. Este hombre tenía limitaciones y un corazón lleno de dudas y temores, sin embargo, fue llamado a cumplir el propósito de Dios, él pidió diversas pruebas al Señor para comprobar que era el apropiado para cumplirlo. Dios jamás consideró estas peticiones un símbolo de falta de fe, sino una necesidad de demostración de que Gedeón contaba con la presencia de Dios.
Como también cada uno de nosotros y nosotras cuenta con la presencia de Dios, más que nada en aquellos tiempos duros y difíciles de dolor, soledad, duros trances. Él, cada día nos cuida, nos ampara, nos da una nueva oportunidad para mejorar nuestras vidas, tenemos que buscar a Dios, clamar a él, pedir su mano sanadora, su orientación en cada paso de nuestra vida.
Oremos: Señor, en este momento elevamos a ti nuestra oración que nace de nuestros corazones, tú conoces nuestras necesidades y vas a satisfacerlas, en esta oportunidad te pedimos que nos guíes para tener mejores resultados con nuestras acciones. Te pedimos confianza para seguir la lucha diaria con tu amor y presencia. Todo lo podemos en ti. Amén.
Y andaremos por el mundo con fe y esperanza viva, celebrando, cantando, sonriendo, luchando por la vida. (Canto y Fe N° 221)

Gladis Gomer

Jueces 6,33-40

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print