Nosotros anunciamos a Cristo, aconsejando y enseñando a todos en toda sabiduría, para presentarlos perfectos en Cristo.

Colosenses 1,28

Pablo habla de anunciar a Cristo. Y lo hace hablando en plural. Es la comunidad la que anuncia a Cristo, y es en la comunidad donde nos podemos aconsejar y enseñar con toda sabiduría…

Me viene a la mente lo que escribe Dietrich Bonhoeffer en su libro “Vida en Comunidad” (páginas 11-12): “A través de la presencia del hermano en la fe, el creyente puede alabar al Creador, al Salvador y al Redentor, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. El prisionero, el enfermo, el cristiano aislado reconocen en el hermano que les visita un signo visible y misericordioso de la presencia de Dios trino. Es la presencia real de Cristo lo que ellos experimentan cuando se ven, y su encuentro es un encuentro gozoso. La bendición que mutuamente se dan es la del mismo Jesucristo. Ahora bien, si el mero encuentro entre dos creyentes produce tanto gozo, ¡qué inefable felicidad no sentirán aquellos a los que Dios permite vivir continuamente en comunidad con otros creyentes! Sin embargo, esta gracia de la comunidad, que el aislado considera como un privilegio inaudito, con frecuencia es desdeñada y pisoteada por aquellos que la reciben diariamente. Olvidamos fácilmente que la vida entre cristianos es un don del reino de Dios que nos puede ser arrebatado en cualquier momento y que, en un instante también, podemos ser abandonados a la más completa soledad. Por eso, a quien le haya sido concedido experimentar esta gracia extraordinaria de la vida comunitaria ¡que alabe a Dios con todo su corazón; que, arrodillado, le dé gracias y confiese que es una gracia, sólo gracia!”

Dios te bendiga.

Ricardo A. Becker

Colosenses 1,24-29

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