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¿Son tan duros para entender, que habiendo comenzado con el Espíritu quieren ahora terminar con algo puramente humano? ¿Tantas buenas experiencias para nada?

Gálatas 3, 3-4

Pablo habla a la comunidad de los gálatas como si nos pudiera hablar a cada uno de nosotros mismos, y nos pregunta ¿Quién los embrujó? Considera que luego de haber recibido el mensaje y principalmente luego de haber recibido al Espíritu Santo podamos dejarlo de lado sin problemas.

Pablo quiere hacerles caer en la cuenta de que van por el rumbo opuesto a todo lo que habían recibido: el Espíritu y las manifestaciones de él. Pero ahora regresan por la carne, perdiendo lo ganado a pesar de sus sufrimientos por Cristo.

Nótese el agudo contraste de la ley y de la fe. Y nos dice “¿Tantas buenas experiencias para nada? …Imposible…les presenta la locura completa de abandonar lo que les trajo todo lo que tienen; al dejar la vida sustentada por el Espíritu regresan, sin duda, a vivir por el pecado.

Pablo establece la incompatibilidad total de la fe y el Espíritu con los reglamentos viejos de la ley. En el Espíritu se gozan de la libertad, el perdón, la justificación por la gracia de Dios y la unión con el Crucificado.

Es mucho lo que tenemos por perder si también hacemos lo mismo. Es mucho lo que dejamos de lado si nos alejamos de las enseñanzas que hemos recibido. Ese alejamiento es fácil, y muchas veces suena dulce, pero si realmente sentimos que el Espíritu nos tocó, dejemos que él guíe nuestros pasos hacia el encuentro con Dios.

Guillermo A Mohr

Gálatas 3,1-14 

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