Ustedes juzgan según los criterios humanos. Yo no juzgo a nadie.

Juan 8,15

La sociedad tiene leyes y la justicia juzga en base a esas leyes. Pero de pronto nos encontramos con textos confusos, excepciones, diferentes interpretaciones, recovecos que solo los especialistas conocen, en fin, un montón de vueltas que parecen siempre favorecer a unos pocos.
Nuestro país (Argentina) recuerda el juicio a la junta militar del último gobierno de facto como un acto soberano de justicia indiscutible, y que muchos con horror pudimos ver cómo alguno de los responsables no acusaban actitud alguna de arrepentimiento.
Pero, ¿la justicia humana es siempre tan contundente? Lamentablemente los hechos nos demuestran lo contrario.
Jesús nos dice en éste texto que él no juzga a nadie, aunque no dice que nuestro criterio humano para juzgar esté mal. El tema es justamente cómo y en qué circunstancias se aplican esos criterios.
La palaba de Dios nos brinda muchos indicadores de cuáles deberían ser esos criterios, y nos exhorta a reclamar y denunciar cuando se utilizan para favorecer a los poderosos y marginar a los más débiles, cómo tantas veces ocurre.
Escuchemos, investiguemos, busquemos y aprovechemos todas las herramientas que hoy en día tenemos para informarnos y, por sobre todo, pidamos a Dios en nuestras oraciones que nos dé la sabiduría de reconocer la verdadera justicia y el coraje de defenderla en su nombre.
Júzganos Padre, y al juzgar perdona, que en tu perdón hallemos libertad. Y no hay fronteras que tu amor no cruce por liberar a nuestra humanidad… (Canto y Fe, Nº 207)

Alejandro Faber

Juan 8,12-20

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