Y mientras cruzaban el lago, Jesús se durmió. En esto se desató una fuerte tormenta sobre el lago, y la barca empezó a llenarse de agua y corrían peligro de hundirse.

Lucas 8,23

Nuestra vida en este mundo que vamos haciendo día a día está cada vez más convulsionada. Hemos ido navegando en distintos oleajes y con distintos recursos para hacerle frente. En estos días la injusticia ecológica y el cambio climático están entre las causas de los mayores problemas de salud de la humanidad. La vida está realmente en riesgo. Sin embargo, a la par de la negación de esta situación, es común el alarmismo y la desesperación cuando de pronto nos encontramos frente a un riesgo visible y concreto: “¡Nos hundimos!”. Aun así, pensamos que el problema o la solución son tal persona, tal lugar, tal decisión. Siempre el problema y la solución son los otros.

Jesús reconoce que se encuentran en un problema y calma la situación que están atravesando. Sin embargo, hace una pregunta: “¿Y la fe de ustedes, dónde está?” La fe implica informarse para “despertarse” y hacer diaconía para cambiar las cosas. La fe parte de la certeza de que la vida está en manos de Dios y que Dios nos sostiene en sus manos. ¿Por qué te sentís en soledad?

Dios os guarde en su santo amor; con su gracia él os sostenga, hasta que en justicia venga Jesucristo, nuestro redentor. (Canto y Fe N° 106)

Jorge Weishein

Lucas 8,22-25

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print