Santa Cena: comida para el hambriento

 

Invocación: Comenzamos este devocional en el nombre de nuestro Dios que tiene a su Reino en sus manos que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amen.

Salmo: 145: 14-16

El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que desfallecen.
Los ojos de todos esperan de ti que tú les des su comida a su tiempo.
Abres tu mano, y con tu buena voluntad satisfaces a todos los seres vivos.

 

“Danos hoy el pan que necesitamos” San Mateo. 6:114

Canto: Por un pedazo de pan (CyF 350 estrofas 1 y 2)

Texto: Evangelio según San Juan 21:4-9

Reflexión:

La Santa cena como un encuentro para que nadie le falte el pan, o el alimento diario, para calmar al hambriento.

El texto nos relata que los discípulos vuelven al trabajo, después de la frustración de su proyecto, pero la pesca no tiene resultado alguno.

Jesús resucitado se les aparece,  al principio no lo reconocen, repite la misma historia de cuando los convocó para hacerlos pescadores de hombres. Les pide, les da la orden a que echen sus redes.

Al amanecer, Cuando ellos llegan a la orilla con su pesca Jesús los espera con pescado asado y pan y les convida, les da de comer.

La comida, una vez más se celebra, como una certeza de que el nuevo Reino está realizado. Este Reino se hace realidad cuando su comunidad se sienta a la mesa. Hay una promesa de que a nadie les faltará el pan, pero también un compromiso de no dejar que a nadie le falte. La vida que surge a partir de la reconciliación no es solamente después de la muerte sino que es actual y real en el día a día.

Los beneficios son indicados por las palabras: Por vosotros dado y por vosotros derramada para perdón de los pecados. O sea, por tales palabras recibimos en el sacramento perdón de pecados, vida y salvación; porque donde hay perdón de pecados, hay también vida y salvación”. (M. Lutero Catecismo Menor).

Oración:

Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo; el pan nuestro de cada día dánoslo hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer  en la tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Canto final: Por un pedazo de pan (CyF 350 estrofas 3 y estribillo 2 veces)

 

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