Según FAIE el «tarifazo» es injusto porque vulnera derechos elementales

 

«Nuestro empobrecido pueblo absorbe el costo de esta medida económica endeudándose, suprimiendo consumos elementales, como los alimentos o, simplemente, absteniéndose del uso de tales bienes. De tal manera, mes a mes, se desvanecen sus derechos en pro de beneficios particulares», dice la declaración de la FAIE

BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – La Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) cuestionó la eliminación de subsidios a la energía, por considerar que es injusto porque transfiere recursos de los más pobres hacia los más ricos. La postura fue fijada a través de una declaración firmada por el vicepresidente primero y la secretaria de la organización y se encuentra encabezada por el texto de Isaías 24, 5 “La tierra quedó contaminada por causa de sus habitantes, pues transgredieron las leyes, falsearon el derecho, y quebrantaron el pacto eterno”. Según la FAIE, el «tarifazo» es injusto porque vulnera derechos elementales, ya empuja a optar por pagar el consumo de energía, relegando a un segundo plano pilares básicos como la alimentación, la salud y la educación.

A través de una declaración pública, firmada por Guillermo Prein y Ana María Velilla, vicepresidente primero y secretaria, la FAIE reflexionó sobre la determinación gubernamental de eliminar las subvenciones en los servicios públicos y las energías y el modo como esta decisión produce un progresivo y constante aumento en su precio, a la vez que degrada los salarios, generando más desigualdad y pobreza.

Según la FAIE, que incluye a todas las Iglesias Protestantes históricas de la Argentina, la decisión es injusta, entre otras cosas porque «nuestro empobrecido pueblo absorbe el costo de esta medida económica endeudándose, suprimiendo consumos elementales, como los alimentos o, simplemente, absteniéndose del uso de tales bienes. De tal manera, mes a mes, se desvanecen sus derechos en pro de beneficios particulares». En ese mismo sentido, expresaron: «reclamamos políticas de inclusión social, que comiencen por los que menos tienen y no por optimizar las ganancias de las empresas, con el fin de estimular inversiones basadas en la esclavitud».

En otro tramo de la declaración, el organismo remarcó que «la energía y los servicios públicos, junto a la salud, la alimentación y la enseñanza forman parte de los derechos elementales de nuestro pueblo». Por ello, desde ese organismo manifestaron que se sienten en la necesidad de elevar la voz «para pedir a los tres poderes que conforman el gobierno de nuestra República, en forma conjunta o individual, que impidan el saqueo y latrocinio a las familias de la Patria, que con dolor sufren el despojo de sus derechos básicos y fundamentales”.

Por su parte también echaron luz sobre el supuesto paradigma que impone «sinceramiento de tarifas». Desde FAIE consideraron que esto «contradice la declaración de los máximos exponentes económicos mundiales, quienes advierten que todas las naciones y, especialmente las más desarrolladas, subsidian las energías y los servicios». En este sentido, indicaron que la «Argentina, en el momento de mayor trasferencia en subsidios, ocupaba el puesto 62º en el ranking mundial, destinando el 3,25% de su PBI (Producto Bruto Interno) para tal fin, siendo este muy inferior a los porcentajes de otros países como: China 20,13%, Rusia 15,98%, Sudáfrica 13,16%», entre otros. En ese sentido, señalaron con firmeza que «transgredir las leyes y falsear el derecho transfiriendo riquezas de pobres a ricos rompe el pacto eterno, contamina la tierra y genera toda maldición. El Creador diseñó y entregó la tierra y sus riquezas a las mujeres y los hombres por igual. Nadie debe enseñorearse de ellas en detrimento de sus hermanos”.

De manera reflexiva, el vicepresidente primero y la secretaria de FAIE todavía puntualizaron que “La humanidad es el mayor capital de la creación, por ende, la solidaridad y la justicia social en forma primordial deben ocupar el máximo interés en nuestra sociedad, desplazando al amor por el dinero y la rentabilidad económica, dogma sagrado de la avaricia. Orando por nuestro pueblo y, en especial, por los que más sufren, reclamamos justicia en esta nuestra tierra”.

Para finalizar citaron el texto de 2 Corintios 8, 12 – 15 que reza: «Porque si hay buena disposición, lo que se da es bien recibido, según lo que uno tiene y no según lo que no tiene. No digo esto para que otros tengan demasiado mientras ustedes sufren de escasez, sino para que en este tiempo la abundancia de ustedes supla, con igualdad, la escasez de ellos, y para que la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes. De este modo habrá igualdad, como está escrito: «Quien recogió mucho, no tuvo más, y quien recogió poco, no tuvo menos».

 

DECLARACIÓN COMPLETA:

La tierra quedó contaminada por causa de sus habitantes, pues transgredieron las leyes, falsearon el derecho, y quebrantaron el pacto eterno.”

Isaías 24.5 RVC

La determinación gubernamental de eliminar las subvenciones en los servicios públicos y las energías produce un progresivo y constante aumento en su precio que degrada los salarios.

Nuestro empobrecido pueblo absorbe el costo de esta medida económica endeudándose, suprimiendo consumos elementales, como los alimentos o, simplemente, absteniéndose del uso de tales bienes. De tal manera, mes a mes, se desvanecen sus derechos en pro de beneficios particulares.

Reclamamos políticas de inclusión social, que comiencen por los que menos tienen y no por optimizar las ganancias de las empresas, con el fin de estimular inversiones basadas en la esclavitud.

La energía y los servicios públicos, junto a la salud, la alimentación y la enseñanza forman parte de los derechos elementales de nuestro pueblo.

Elevamos nuestra voz para pedir a los tres poderes que conforman el gobierno de nuestra República, en forma conjunta o individual, que impidan el saqueo y latrocinio a las familias de la Patria, que con dolor sufren el despojo de sus derechos básicos y fundamentales.

El paradigma que impone el “sinceramiento” contradice la declaración de los máximos exponentes económicos mundiales, quienes advierten que todas las naciones y, especialmente las más desarrolladas, subsidian las energías y los servicios.

En este sentido, Argentina, en el momento de mayor trasferencia en subsidios, ocupaba el puesto 62º en el ranking mundial, destinando el 3,25% de su PBI (Producto Bruto Interno) para tal fin, siendo este muy inferior a los porcentajes de otros países como: China 20,13%, Rusia 15,98%, Sudáfrica 13,16%, India 12, 94%, Polonia 9.13%, Tailandia 6,63%, Turquía 4,51%, EEUU 3,82%, Chile 3.32% y Latinoamérica en promedio 4,48%.

Transgredir la leyes y falsear el derecho transfiriendo riquezas de pobres a ricos rompe el pacto eterno, contamina la tierra y genera toda maldición.

El Creador diseñó y entregó la tierra y sus riquezas a las mujeres y los hombres por igual. Nadie debe enseñorearse de ellas en detrimento de sus hermanos.

La humanidad es el mayor “capital” de la creación, por ende, la solidaridad y la justicia social en forma primordial deben ocupar el máximo “interés” en nuestra sociedad, desplazando al amor por el dinero y la rentabilidad económica, dogma sagrado de la avaricia.

Orando por nuestro pueblo y, en especial, por los que más sufren, reclamamos justicia en esta, nuestra tierra.

Porque si hay buena disposición, lo que se da es bien recibido,
según lo que uno tiene y no según lo que no tiene.
No digo esto para que otros tengan demasiado mientras ustedes sufren de escasez, sino para que en este tiempo la abundancia de ustedes supla, con igualdad, la escasez de ellos,
y para que la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes.
De este modo habrá igualdad, como está escrito:
«Quien recogió mucho, no tuvo más, y quien recogió poco, no tuvo menos.»”
2ª a Corintios 8.12-15 RVC (adp)

Guillermo Horacio Prein
Vicepresidente 1º

Ana María Velilla
Secretaria

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