Sermón sobre Juan 13:1-15, por Carlos Guillermo Kozel

 

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el fin.
Durante la cena, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que lo entregara, y sabiendo Jesús que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que él había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena; se quitó el manto y, tomando una toalla, se ciñó con ella. Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces llegó a Simón Pedro y este le dijo:
—Señor, ¿tú me lavas los pies a mí?
Respondió Jesús y le dijo:
—Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora pero lo comprenderás después.
Pedro le dijo:
—¡Jamás me lavarás los pies!
Jesús le respondió:
—Si no te lavo no tienes parte conmigo.
Le dijo Simón Pedro:
—Señor, entonces, no solo mis pies sino también las manos y la cabeza.]
10 Le dijo Jesús:
—El que se ha lavado no tiene necesidad de lavarse más que los pies pues está todo limpio. Ya ustedes están limpios, aunque no todos.
11 Porque sabía quién lo entregaba por eso dijo: “No todos están limpios”. 12 Así que, después de haberles lavado los pies, tomó su manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo:
—¿Entienden lo que les he hecho? 13 Ustedes me laman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy. 14 Pues bien, si yo, el Señor y el Maestro, lavé sus pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. 15 Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se los hice, ustedes también lo hagan.

Que el Señor que limpia nuestros pecados, esté con ustedes.

El gesto de Jesús muestra una vez más que tipo de líder era. Sentando en la mesa con sus discípulos y discípulas comparte el pan, y luego se inclina para lavar los pies. ¿Qué importancia tiene el lavado de pies en esta cena?

El lavado de pies era una tradición que viene de la época de Moisés, incluso a aquellos que han sido consagrado deben ser lavados nuevamente. Jesús repite este acto. Pero además hace la aclaración, «ustedes ya fueron limpiados en el camino», el haber decidido seguir a Jesús los ubica en el camino de la salvación, pero aún necesitan que sus pies sean lavados. En ese gesto Jesús también quiere mostrarles que no hay una pureza o limpieza definitiva y única, sino que en el camino uno va ensuciándose, el pecado sigue estando presente en la vida terrenal, y es importante parar, reflexionar, y ser lo suficientemente humilde para poder arrodillarse ante el otro y limpiar sus pies.

Es Jesús quien se agacha y limpia los pies de sus discípulos, siempre en su vida Jesús se ha puesto como ejemplo y lo que decía lo hacía, entregando su vida. Incluso lava los pies de Judas, que no estaba aún del todo limpio. Ahora realmente Jesús ¿sabía qué Judas lo iba a entregar? O es una interpretación de Juan luego de los hechos, queriendo entender que Jesús dijo eso en aquella noche por Judas.

Yo creo que sí y que no. En primer lugar el evangelio de Juan se escribe posteriormente a los hechos de la pascua, por lo que Juan hace una relectura de lo dicho por Jesús aquella noche, pero de alguna manera también hace responsable a Judas por lo dicho por Jesús. Ahora yo pregunto, ¿y si Jesús dice «no todos están limpios» refiriéndose a más de uno de los que estaban con él? Jesús conocía el espíritu y la forma de actuar de todos sus discípulos, Judas era un revolucionario que esperaba la liberación del pueblo por las armas, pero no era el único. A Pedro también le hubiese gustado que haya algún enfrentamiento.

¿Entonces por qué Judas actúa de esa manera? Judas era muy querido por Jesús, de hecho no olvidemos que es Jesús quien llama a sus discípulos. Pero también sabía de su espíritu aguerrido, y que buscaba que todo el pueblo se sintiera fuerte para tomar el poder y liberarse.

Yo creo que Judas tenía un plan y se vio frustrado. Judas creía que si Jesús era apresado el pueblo y los miles y miles que lo seguían se iban a revelar y se daría la tan anhelada revolución que él esperaba. Sin embargo no se dio así. Pero más allá del actuar de Judas, y los hechos como se dieron, creo que no debemos perder de vista la frase de Jesús «no se está limpio del todo».

Esto habla también de que no debemos hacerle cargo de todo a Judas, sino que también son palabras para nosotros, así como lo fueron para los discípulos. Nadie puede decir eso que se dice no es para mí, porque la vida no está escrita, sino que va sucediendo, y hay que tener la suficiente humildad de mirar al otro como hermano, saber comprender y saber perdonar. Esa fue la forma de mirar de Jesús, el no condenó a ninguno de sus seguidores, sino que simplemente trató de ayudarlos, orientarlos, y que ninguno se crea mejor que el otro. Para ellos Jesús tomo la iniciativa y se calzó la toalla en la cintura, se inclinó y lavo los pies de todos sus discípulos y discípulas que estaban esa noche con él. Y les advirtió que ese gesto debe apreciarlo y ponerlo en práctica si quieren ser líderes dentro del movimiento.

Es necesario que quienes asumen la tarea de seguir a Jesús, estén dispuestos a servir, desde la humildad con la que predicó Jesús, tanto en palabras con en hechos. Que está Semana Santa sea un motivo para fortalecernos en la esperanza de la resurrección de nuestro Señor, claro ejemplo de que aún en los momentos de mayor dolor, Dios nos acompaña desde su amor infinito que tiene hacia sus criaturas. La misericordia de Dios es mucho más grande que cualquier compresión y prejuicio del Ser humano, y hay cosas que solo Dios puede comprender. Amén.

Carlos Guillermo Kozel

Fuente: http://www.predigten.uni-goettingen.de/predigt.php?id=4191&kennung=20130328es

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