Sermón sobre Lucas 17:5-10, por Atilio Hunzicker

 

Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». 6 El respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», ella les obedecería. 7 Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: «Ven pronto y siéntate a la mesa»? 8 ¿No le dirá más bien: «Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después»? 9 ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: «Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber»». (El libro del pueblo de Dios)

Hermanas y hermanos: dos temas particulares nos presenta Lucas en el trecho de hoy: la fe y el servidor.

El tema de la fe está presente de diversas maneras en los evangelios: Jesús señala la poca fe, ¿débil, de mala calidad? de los discípulos:»Hombres de poca fe», en el episodio de la tempestad. «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» le dice Jesús a Pedro cuando andaba sobre el agua. Por otro lado señala la calidad de la fe en otras personas: «Tu fe te ha salvado, vete en paz» palabras dirigidas a la mujer que lava los pies de Jesús con sus lágrimas. «Tu fe te ha salvado» dicho al ciego del camino a Jericó. Casos estos en los que la fe fue suficiente. En síntesis: hay casos de poca fe y casos de fe suficiente; fe que no alcanza y fe que consigue su meta.

La demanda de los discípulos por una cuota mayor de fe se emparenta con la demanda de «enséñanos a orar». En términos actuales, diríamos que la demanda de los discípulos es «más capacitación»; la capacitación nos da seguridad por medio del saber y mayor confianza en la eficacia para la acción. El pedido por más fe apunta más a un don y no a una formación sistemática.

La respuesta de Jesús reconoce la carencia en dos direcciones: cantidad y calidad. El potencial de vida de la pequeña semilla de mostaza habla de calidad y no refiere al tamaño. La calidad de la fe no está en el tamaño sino en el potencial de vida que esa fe contiene.

Hermanas y hermanos: en cercanía de Jesús, ¿cuál sería nuestro pedido? Si somos sinceros deberíamos responder que nuestro pedido primero no sería de fe. Oigo pedidos tales como: ¡Señor, auméntanos los ingresos para cubrir nuestros presupuestos! ¡Auméntanos los recursos para poder sostener nuestras obras diacónicas! ¡Auméntanos la membresía, porque quedamos pocos y viejos! ¡Auméntanos los miembros que diezman, para poder mantener nuestros templos! Y seguramente ustedes tendrán muchas más cosas que el Señor debería aumentar para nuestro bien y para el bien de su iglesia.

Claro que creemos, Señor. Repetimos en Credo cada vez que es necesario; oramos el Padre nuestro con sinceridad: intentamos vivir lo más honestamente posible; somos cada vez más tolerantes frente a los diferentes en raza, sexo, género; ya aceptamos hablar de derechos humanos y de ecología. ¿Aún nos falta algo?

¿No nos responderá Jesús: Lázaro sigue tirado a tu puerta?

Hermanas y hermanos: sigue siendo actual, pertinente y necesario el pedido de los discípulos- ¡auméntanos la fe! No nuestra seguridad, no nuestra confianza y tranquilidad, no nuestro bien estar, no nuestra tranquilidad frente a la muerte. ¡Auméntanos la fe en ti!, ¡en tu persona, en tu evangelio, en tu obra, en la verdad de tu palabra, en tus juicios! Solo así podremos orar sinceramente «venga a nosotros tu reino». Danos ese granito de mostaza de fe que aún nos falta. Solo así podremos realmente entenderte y seguirte. Solo así podremos dar órdenes a las estructuras económicas, sociales y políticas que crean millones de Lázaros cotidianamente. Danos ese granito de mostaza para tener el poder de destruir nuestros templos de falsas seguridades para poder construir, en tres días, templos vivos de amor y justicia. Danos ese granito de mostaza que nos permita poner nuestros ojos en ti autor y consumador de la fe ¡Te rogamos Señor que aumentes en nosotros esa fe!

¿Por qué? – Porque somos hijos de Abraham;- herederos de Lutero; – Obedientes al obispo de Roma;- fieles seguidores de Calvino; – continuadores de las enseñanzas de Wesley o de Pedro Valdo;- hasta hemos llegado a ser ecuménicos,- etc., etc.

Porque tenemos nuestras tradiciones e identidades, de las que frecuentemente sentimos cierta cuota de orgullo, nos resulta muy duro reconocernos siervos inútiles. Por supuesto que nos cuesta, cada día más, aceptarnos, reconocernos y sentirnos siervos. Esto es muy duro Señor. Nos pides demás. En un mundo donde la medida que reina es costo- beneficio; libertad de conciencia y de acción, ¿cómo podemos introducir esa perimida categoría de siervos? ¡Qué duro nos resulta aceptar que estamos al servicio del Padre y de tu evangelio! Por eso Señor, te pedimos que esa pequeña semilla de mostaza traiga a nuestras vidas una calidad de fe para ser verdaderamente humildes siervos en tu reino.

Señor, permítenos cambiar nuestras prioridades y poder poner en primer lugar el pedido de tus discípulos: ¡Auméntanos la fe! Amén.

Atilio Hunzicker

Tomado de: http://www.predigten.uni-goettingen.de/predigt.php?id=4540&kennung=20131006es

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