Aquella noche el misterio le fue revelado a Daniel en una visión, por lo cual bendijo al Dios del cielo con estas palabras: “Bendito sea por siempre el nombre de Dios, porque suyas son la sabiduría y el poder.”

Daniel 2,19-20

Nabucodonosor tuvo un sueño, mandó llamar a los magos, adivinos hechiceros y sabios para que le explicaran aquel sueño.

Él quería una respuesta de inmediato, pero sus súbditos no la sabían. Llegó a amenazar con matarlos a todos.

Daniel es convocado. Él no va al rey solo con su sabiduría y conocimiento, sino que deja en manos de Dios su necesidad de revelar el sueño del rey y su significado.

Muchas veces nos pasa que para solucionar un problema entre personas, buscamos hacerlo por medio de nuestra sabiduría y entendimiento y es allí donde a veces no conseguimos avanzar en una relación o en un problema.

En muchas cosas Dios se manifiesta con su poder, haciendo que los que confían en Él puedan interpretar correctamente las situaciones. Así fue con José en Egipto y fue en esta situación con Daniel. Dios se hace presente en aquellos que le confían su vida y que creen en Él. Hoy Dios se sigue manifestando de diferentes maneras. Ver el actuar de Dios en nuestras vidas es darle poder en ellas. O decir: “yo puedo solo, yo tengo la inteligencia suficiente y la sabiduría”, nos puede hacer pasar un mal rato, así como lo fue con los súbditos del rey porque Dios no estaba con ellos.

Oremos: Te pedimos Dios que estés con nosotros acompañándonos y así demos testimonio de tu presencia en nuestras vidas. Amén.

Arturo Heil

Daniel 2,1-23

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