Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua.

Proverbios 25,21

Este es un texto tan apreciado para compartir en tiempos de intolerancias o absolutismos. La polarización de opiniones es una realidad con la que coexistimos, ¡un mar agitado que necesita ser calmado!

El encuentro y el diálogo exigen de nosotros y nosotras una actitud proactiva, así como la firme decisión de escuchar y ser escuchado. No hay diálogo posible cuando alguna parte (o ambas) defienden MI VERDAD como criterio absoluto.

Pues bien nuestro Señor Jesucristo nos mostró un camino mejor para transitar juntos, como personas, como familias, como comunidades de fe y por ende como sociedad también. Jesús escuchó a quienes se encontró en el camino con un diálogo atento y transformador, tanto para la persona y muchas veces para el mismo Jesús. Voy a citar algunos de estos encuentros y diálogos: encuentro con la Samaritana (Juan 4,1-42), Jesús y sus discípulos en la tempestad (Mateo 8,23-27), la mujer que tocó el manto de Jesús (Mateo 9,19-22) y muchos otros textos del evangelio que podrían ser citados para construir paz y diálogo. Un diálogo atento escuchando más allá de las palabras la realidad que la otra persona vive y comunica.

No estamos aquí para ser jueces sino para servir, y en gratitud por el amor incondicional de Dios podemos actuar con tolerancia y amor (aún en el desacuerdo).

Oración: Enséñanos Dios de bondad a escuchar con empatía, dialogar en amor y perseverar en la oración. Ayúdanos a crecer en comunión contigo y con nuestro prójimo. Amén.

Mariela Pereyra

Proverbios 25,11-28

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