… Mira, nuestro pariente Booz, con cuyas criadas estuviste trabajando, va a ir esta noche al campo a separar el grano de la paja. Haz, pues, lo siguiente: Báñate, perfúmate y ponte tu mejor vestido, y vete allá…

Rut 3,2-3

Noemí y Rut eran viudas, por el hecho de ser viudas no “gozaban” de ciertos derechos, estando en una situación social y familiar de desamparo.
No tienen pan, ni familia, ni tierra. Tres cosas básicas para la vida.
En el capítulo 2 de Rut vemos que encuentran la forma de conseguir comida, y satisfacer una de sus necesidades, al menos en forma momentánea.
Ahora habrá que recuperar la familia.
Llama la atención el consejo que le da Noemí a Rut en el versículo 2 y 3. Allí aparecen como distintos “momentos” que nos pueden ayudar a salir adelante, a superar una situación de dolor o una crisis.
Le dice: “Báñate, perfúmate y ponte tu mejor vestido, y vete allá”.
Muchas veces nos quedamos estancados en el dolor, el tiempo pasa y no conseguimos mirar más allá de nosotros mismos, toda la vida gira en torno a nuestro problema o dolor, no vemos más allá de nuestro problema…
Es allí donde lo familiar y lo comunitario ocupan un lugar importante. Noemí le dice a Rut: “báñate… y ponte el mejor vestido y vete allá”. Para salir del problema, de la dificultad en la que te encuentras tienes que tomar la decisión de hacerlo… Báñate, perfúmate y ponte un vestido nuevo: es decir, levanta la cabeza, no sigas pensando lo grande que son tus dificultades, sino mira hacia el horizonte como Dios va abriendo un camino delante de ti. Por eso cámbiate y vete allá, ponte en camino, ya no mires hacia atrás ni hacia tus problemas sino mira hacia la solución que Dios va poniendo delante de ti…

Ricardo A. Becker

Rut 3,1-18

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