BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – Este sábado 11 de enero a los 85 años falleció el maestro de música, liturgo, profesor y pastor Pablo Sosa. Fue autor de un sinfín de canciones del repertorio protestante latinoamericano y uno de los autores del himnario de «Canto y Fe de América Latina», editado por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) en 2005 y muy difundido en el mundo evangélico de habla hispana. Sosa fue uno de los primeros latinoamericanos en realizar estudios en Estados Unidos y luego en Alemania en el área de liturgia y música. Deja un legado muy rico, que seguirá presente en las casi cada celebración de la región.
Nació el 16 de diciembre de 1934, estudió teología en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos – ISEDET, y música eclesiástica en el Westminster Choir College, Princeton, EEUU; la Hochschule für Musik, Berlín, Alemania; y la Escuela de Música Sacra del Union Seminary de Nueva York. Fue pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA) y es reconocido en todo el mundo por su labor como compositor, profesor, director coral, músico eclesiástico y promotor de las himnodias eclesiásticas regionales a nivel mundial.
Fue profesor de Liturgia e Himnología en el ISEDET, donde fundó en 1962 la Escuela de Música y a partir de 1976 se integró al equipo de producción creativa del Departamento de Comunicaciones del mismo instituto. En 1972 organizó el Conjunto Música para Todos, que dirigió hasta 2003. Simultáneamente fue profesor de Dirección Coral en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, de Buenos Aires, durante 30 años. En el campo de la himnología, Sosa ha participado en la edición de varios himnarios y cancioneros, entre los cuales se destacan el himnario Cántico Nuevo (1962), el Cancionero Abierto (1974) y Canto y Fe de América Latina (2005) en colaboración con la organista y directora Inke Frosch, de la IERP.
Como compositor, en la mayoría de sus canciones Sosa incursiona en el lenguaje musical latinoamericano, siendo las más conocidas El cielo canta alegría (1958), Cristo vive (1960), Si fui motivo de dolor (1960), Miren qué bueno (1970), Gloria (1978), La bendición del Dios de Sara (1988), Este momento en punto (1990) y, más recientemente, Que esta Iglesia sea un árbol, dada a conocer mundialmente en la Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias en Busan, Corea, 2013. Sus himnos han sido traducidos a diversos idiomas (inglés, alemán, portugués, sueco, finlandés, chino y japonés) e incluidos en himnarios y cancioneros en todo el mundo. Sosa ha promovido incansablemente la inclusión de las himnodias regionales en las iglesias alrededor del mundo. En ese sentido fue muy importante su aporte al cancionero de la Sexta Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, Vancouver, 1983, en la cual fue además uno de los animadores litúrgico-musicales.
La vida del maestro y pastor Pablo Sosa estuvo moldeada por la música y tal como lo definieron desde The Hymn Society en un un homenaje que le realizaron en 2018: «el acto de cantar juntos moldea la fe, alivia el quebranto, transforma vidas y renueva la paz. Nuestra misión, por lo tanto, es estimular, promover y animar el canto congregacional».
Noticia elaborada con información tomada del sitio web de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA)