Los filisteos quedaron sometidos.

1 Crónicas 20,4

Israel contra los filisteos. Una vez más en pugna con el enemigo de siempre. Como tantas veces. Los han vencido, pero vuelven, y siguen siendo una grave amenaza para la paz y para la seguridad del pueblo.
¿Qué enemigos de siempre, resurgen, cada cierto tiempo, en mi vida y en la de mi comunidad, abatiéndome, confundiéndome; entorpeciendo mis planes, truncando nuestros proyectos; dañando la vida comunitaria; debilitando mi fe?
Habitualmente, casi por naturaleza, buscamos tener todo bajo control. Dominado. Sometido. Así nos sentimos seguros, tranquilos y “plenos”. Pero, en realidad, los filisteos de hoy nos hacen tambalear: en el mundo real, la salud, el trabajo, las buenas relaciones, incluso la paz, suelen ser frágiles. De ello, brota el miedo, la incertidumbre; la confusión, el desánimo y la duda. Y, para peor, nuestros modos de vida, basados en la propuesta del orden actual, suelen alimentar ese fuego destructor, encerrándonos en círculos viciosos con apariencia de bondad, que hoyan cada día nuestro ser, sin que nos demos cuenta, como la gota de agua en la roca…
La buena noticia es que hay un modo de vida alternativo y excelente. El de Cristo. Que en algo se parece a la gota que hiere la roca: el Señor me invita a caminar por sus sendas, siendo perseverante y paciente. Porque a ritmos más largos y pausados puedo percibir mejor los sonidos. Entonces, vayamos con Él, cada día, como nuestro escudo frente a los filisteos de la actualidad, confiando en su poder.
Señor, ayúdanos a confiar en ti, y danos buen ánimo para enfrentar los problemas del día a día.

Robinson Reyes Arriagada

1 Crónicas 19,16-20,8

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