21° domingo después de Pentecostés, 29° en el año

Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: “Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte.”

Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan.

Marcos 10,35.41

Santiago y Juan eran humanos y así se comportaban. Por lo relatado aquí el lector percibe la paradoja: el Señor les había dicho por tercera vez que lo matarán. Los dos hermanos seguían a Jesús, pero creyeron que el Reino anunciado era terrenal y que podrían llegar a ser los principales Ministros del Reino de Jesús… a solas pidieron ese beneficio adelantándose a los demás. Los otros se enojaron con razón.

El deseo de poder, de fama se apoderó de ellos. Y ahí aparece la enseñanza: todos esos deseos son impedimento para seguir al Señor. Y lo aprendido va para todos.

Jesús no quería que tales ideas se apoderaran de los discípulos y les pone el ejemplo terrenal diciendo: “Hay jefes que se creen con derecho a gobernar con tiranía a sus súbditos… Pero entre ustedes no debe ser así.” (v. 42-43a)

Desde el principio Jesús les dice que van por mal camino, es un pedido que no tiene nada que ver con “ese” tipo de reino que han interpretado: “No saben lo que piden” (v. 10,38a).

Está muy claro: un verdadero seguidor del Evangelio de Jesús debe buscar otras metas. Son las de tomar responsabilidades de servicio y no de ser servido y adulado (v. 43).

Salgamos fieles a anunciar de Dios la salvación. ¡Su reino viene, llega ya con cántico triunfal! De Dios brindemos la salud que Cristo predicó, su gran poder transformador levanta al que cayó.” (Cántico Nuevo Nº 231)

 

Alicia S. Gonnet

Salmo 91,9-16; Isaías 53,4-12; Hebreos 5,1-10; Marcos 10,35-45

Agenda Evangélica: Salmo 119,1-8.17-18; Génesis 8,18-22; 9,12-17; 2 Corintios 3,3-6(7-9); Marcos 10,2-9(10-12)13-16; Eclesiastés 12,1-7 (P)

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print