Principio de la buena noticia de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios. Está escrito en el libro del profeta Isaías: “Envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino. Una voz grita en

el desierto: ‘Preparen el camino del Señor; ábranle un camino recto’.”

Y así se presentó Juan el Bautista en el desierto; decía a todos que debían volverse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonara sus pecados.

Marcos 1,1-4

El Evangelio de hoy comienza hablando del principio, es decir del comienzo. Esta palabra me hace recordar el primer versículo de la Biblia, “en el principio de todo Dios creó el cielo y la tierra…” (Géne- sis 1,1) y luego sigue relatando como Dios Crea y va ordenando todo observando que “todo era bueno”.

Así también este Evangelio nos dice como se inició todo: “principio de la buena noticia de Jesús el Mesías Hijo de Dios…”

Este “principio” se da con la preparación del camino, y la invitación de volvernos a Dios.

Sí, volverse a Dios. Volverse a Dios no es simplemente “cambiar de religión o de iglesia”. No. Volverse a Dios es volverse a él. Y vol- verse a él es dejar de lado aquello que imposibilita que este mundo,  la creación entera “sea buena”. Volverse a Dios es hacer que el amor, la justicia, la verdad, el compromiso para con los demás y la creación toda sea la meta, o mejor aún, el camino a seguir.

Ricardo A. Becker

Marcos 1,1-8

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