Que no cambien fácilmente de manera de pensar, ni se dejen asustar por nadie que diga haber visto una revelación del espíritu, haber recibido una enseñanza dada de palabra o por carta, según la cual nosotros habríamos anunciado que el día del regreso del Señor ya llegó.

2 Tesalonicenses 2,2

Por aquel entonces existían personas que intentaban engañar a los creyentes con promesas y demostraciones falsas sobre Dios y lo que era bueno para la vida del cristiano. Lo hacían con bases tan bien fundadas y utilizando todo tipo de recursos para confundirlos. En esta carta a los Tesalonicenses se les advierte de todos los engaños a los que pueden ser expuestos y de los cuidados que se deben tener, para no caer en los mismos.

En nuestros tiempos vivimos la misma realidad que aquellos primeros cristianos, pero debo decir que tengo la sensación de que se han incrementado más los engaños y falsos profetas gracias a las redes sociales y al alcance de las mismas. Muchos sucesos que vivimos cotidianamente son tomados con malas intenciones, manipulados para confundirnos y quitar la esperanza a nuestras vidas, haciendo que la fe sea puesta a prueba.

Tal como en aquellos tiempos, los recursos y las herramientas que se utilizan para persuadir son muy convincentes. Por ello, la palabra de Dios nos recuerda, que estas cosas van a suceder como están escritas, pero debemos permanecer firmes y encomendar nuestra vida y corazón al Señor, para así saber distinguir las señales de su Reino y permanecer unidos en su amor, como cristianos y comunidad de fe.

No tengas miedo, si el camino es duro, hay quien te guarda siempre con amor, él te defiende cual seguro escudo y te acompaña siempre en el dolor. (Canto y Fe N° 204)

Melisa Hilman

2 Tesalonicenses 2,1-12

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