Trae su aventador en la mano, para limpiar el trigo y separarlo de la paja. Guardará el trigo en su granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.

Lucas 3,17

El aventador es una herramienta parecida a una pala con la que el granjero tira el grano al aire. El viento se lleva la paja y deja el grano. El ser humano nuevo es como el trigo bueno, da cosecha abundante y comida a todo el mundo. El vacilante, la paja, será consumida por el fuego.

Anuncio fuerte. Palabras duras… ¿son buenas noticias? El mensaje de Juan contiene:

– La mala noticia es que el juicio comienza ya.

– La buena noticia es que el arrepentimiento que produce frutos, es redentor. Todos entramos en la posibilidad de ser redimidos. Todos tenemos la posibilidad de elegir el camino estrecho que lleva a la salvación.

Reconocemos que las utopías como el amor, la paz y la justicia aún nos cautivan y nos preocupan, como la discriminación, la intolerancia, la incoherencia, el consumismo, entre otros.

Así la gente que oía a Juan, trataba de corregir el rumbo de su vida, ya que no podían cambiar la situación de opresión creada por el gobierno de turno, pero sí era posible cambiar el entorno inmediato.

Juan lo anuncia: La injusticia no puede matar la fe. Debemos lograr y luchar por la transformación de nuestra propia vida y así, la del mismo sistema, por difícil que esto parezca.

Juan nos previene: no demos por sentada la salvación, solamente, por ejemplo, porque asistimos puntualmente al culto. Debemos proponernos la salvación, el cambio, el actuar justo, para la llegada plena del Reino. Se nos está ofreciendo, gratis (por gracia) una segunda oportunidad.

Dios con nosotros y nosotras, es la fuerza que nos guía.

Señor, que tu Espíritu nos dé fuerza para seguir sembrando el trigo bueno.

Mónica B. Rockembach

Lucas 3,15-20

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